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En un partido discreto y con pocas emociones, Lanús y Belgrano igualaron sin goles. El resultado lo terminó lamentando el granate, que se alejó en la lucha por el campeonato, y lo celebró el celeste porque consiguió la ansiada plaza para disputar la Copa Sudamericana.
El 0 a 0 no es un resultado extraño para el encuentro entre los equipos con menor cantidad de goles en contra de cuantos participan en el certamen. En el sur del conurbano bonaerense, granates y piratas protagonizaron un “partido de ajedrez”, no dejaron espacios libres ni jugadores sin marcar.
El empate en cero coincidió con el enfrentamiento de las defensas menos vencidas del campeonato, ya que Lanús, con 9, es el que menos goles recibió y Belgrano lo sigue de cerca con 10.
Con la obligación de ganar, el dueño de casa arrancó atacando desde el primer minuto, pero el rival le hizo enseguida un llamado de atención cuando Fernando Márquez comandó un contraataque y entrando al área definió con la cara externa del pie y el tiro se fue apenas desviado.
Lanús tenía la pelota, la movía, intentaba con Mario Regueiro por un lado y con Silvio Romero por el otro, pero siempre se topaba con el habitual cerrojo defensivo del conjunto cordobés que no le daba espacios ni le permitía ver de cerca al arquero Juan Carlos Olave.
El equipo del Mellizo Guillermo, que también intentaba con la pelota parada, recién insinuó sobre el final de la primera etapa con un cabezazo de Guido Pizarro que Olave pudo controlar en un tiempo.
El descontento de los hinchas
La parte final se planteó de la misma manera pero para Lanús fue todo más complicado, ya que desde los 6 minutos se quedó sin el uruguayo Regueiro, quien tuvo que ser reemplazado por una molestia muscular. Si bien no había pesado mucho en el juego, era una de las llaves para poder abrir el partido.
La floja actuación del granate impacientó al público local que desde los quince minutos bajó un mensaje claro: “Jugadores queremos el campeonato, para salir primero hay que poner más huevo...”.
El mismo cántico que explotó cuando sintieron que el empate pudo haber sido derrota si César Pereyra, a los 33 minutos, acertaba en el mano a mano que le tapó Marchesín.
Cuando el árbitro Sergio Pezzotta pitó el final del encuentro, la imagen de los dos equipos fue contrastante, uno, el local, se retiraba entre tibios aplausos y algunos silbidos por la posibilidad perdida de acercarse a la cima y otro, el visitante, festejaba con la gente un hecho histórico para el club: haber clasificado a la Sudamericana.
Con este punto, el granate, que se desinfló en la recta final, acumula 29 unidades, quedó a tres de Newells que visitará hoy a All Boys, y lo único que mantiene es el invicto como local.