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La situación es crítica: gremialistas y empresarios coinciden en que están en riesgo los puestos de los trabajadores ante la escasez y la suba constante de la harina de trigo. El negocio es cada vez menos rentable, cayeron las ventas y la producción se redujo, sobre todo en las pequeñas panaderías.
En lo que va del año, el paquete de harina de 50 kilos creció un 170%. Por estos días, ronda entre $250 y $270.
Daniel Maldonado, secretario general del Sindicato de Obreros Panaderos de Salta, advirtió que si esta escalada de precios no se detiene, se perjudicará a los trabajadores del sector.
“No solo es un golpe al bolsillo del consumidor. Los pequeños comerciantes no pueden hacer frente a una variación tan brusca de la harina, en medio de una escasez. Hasta ahora las empresas no nos comunicaron sobre adelantos de vacaciones, pero con poca mercadería se complica mantener el mismo nivel de producción”, explicó Maldonado.
LOS PAQUETES DE HARINA COMUN NO SE CONSIGUEN.
El sindicalista remarcó que es alto el porcentaje de trabajadores en negro en las panaderías y reconoció que son los vulnerables si la situación no se normaliza.
Por su parte, Martín Petrocelli, presidente de la Cámara de Panaderos de Salta, admitió que los despidos serán una vía ante el exponencial incremento de la harina de trigo y ante un profundo faltante. “El sector patronal está haciendo lo posible para no adelantar vacaciones, pero vivimos días críticos que pueden terminar en despidos”, aseveró el empresario.
“Es caótico lo que ocurre con la harina. Los números no cierran. Si no hay cambios, varios negocios tendrán que cerrar y quedarán trabajadores en la calle. Esto escapa a las intenciones del empresario. El costo de producción se fue por las nubes, las ventas están bajas y se soporta una fuerte presión fiscal. Nos están fundiendo”, expresó Petrocelli.
Según el Sindicato de Obreros Panaderos, en Salta hay cerca de mil trabajadores, a eso hay que sumar a los empleados en negro. En la cámara empresaria no descartaron convocar a un boicot contra la harina, al igual que en Rosario, de Santa Fe. La medida consiste en suspender la compra de ese insumo.
Ayer, trascendió que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno suspendió las exportaciones de harina de trigo por la imparable ola de precios. Desde hace un mes, varias panaderías de Salta padecen retrasos en la llegada de la materia prima.
Góndolas casi vacías
Hace un mes, los paquetes de harina 000 empezaron a brillar por su ausencia en las góndolas de supermercados. Ayer, en las cadenas había hasta dos marcas, pero rozaban los $7 el kilo, casi el doble que las opciones más consumidas.
Al igual que el aceite y el azúcar, los locales ponen límites de compra: entre una y dos unidades por grupo familiar. Sin embargo, pocos logran salir con harina de trigo en el carrito. La oferta disponible se enfoca en harina leudante o para preparar prepizzas.
¿Congelada?
En ninguna de las cadenas se encontró la marca Cañuelas 000. Esta forma parte de la canasta de 500 productos congelados que Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior, acordó con los supermercados.
Según la lista oficial, ese paquete debería costar entre $2,63 y $3,25, según el punto de venta.
El kilo de pan subió hasta los $20
En mayo, el kilo de pan francés pasó de $12 a entre $15 y $16. Ayer, el presidente de la Cámara de Panaderos, Martín Petrocelli, confirmó una nuevo incremento. Los salteños tendrán que pagar entre $18 y $20.
El desencadenate fue la constante suba de harina, que hace dos meses no encuentra tope. “Tenemos que pagar $250 o $270 por una bolsa de 50 kilos. Si seguimos así, llegaremos a los $300”, se lamentó Petrocelli. Agregó que en los últimos cuarenta días, el precio de la materia prima creció casi un 100%.
“Subimos el pan francés, pero se mantienen los precios de otras especialidades, al menos hasta que el empresario lo pueda sostener”, dijo el titular de la entidad panadera.
Si la situación de la harina no mejora, Petrocelli no descartó cierres de pequeñas panaderías, las más vulnerables económicamente. “Esto ya se repitió años atrás. Prefieren llevarse la harina a países vecinos. Por ahora, nuestra producción sigue igual, pero estamos atentos”, comentó Juan José Oller, responsable de una panadería de zona oeste.
“La gente se enoja, pero no es culpa nuestra. La harina costaba $100 en diciembre. Ahora se consigue a $270”, expuso.