Nacida hace 33 años, Mariana Cayón forjó una exitosa carrera dentro de la música. Una carrera diferente, con sello propio. Una carrera donde su voz fue la que le dieron los instrumentos de viento, principalmente la quena.
inicia sesión o regístrate.
Nacida hace 33 años, Mariana Cayón forjó una exitosa carrera dentro de la música. Una carrera diferente, con sello propio. Una carrera donde su voz fue la que le dieron los instrumentos de viento, principalmente la quena.
Cada vez que la melodía de una quena, un sikus o una flauta traversa flotaba en los principales escenarios del país, uno sabía que estaba ella, ofreciendo su arte empapado de la mística andina de los instrumentos tradicionales de nuestra región.
Hace unos días decidió que, así como la quena le dio voz, ella debía dársela a sus coterráneos, pero en otro escenario, el de la política. Así, lanzó su candidatura a senadora provincial por Cafayate dentro del proyecto del Frente Salteño.
Después de muchos años hablando a través de sus instrumentos finalmente hoy, Mariana Cayón, dice lo suyo.
¿Cómo fue tu niñez?
Fue una niñez de pueblo, muy tranquila, demasiado tranquila. Con inviernos muy largos y mucha gente conocida. Imaginate que en el pueblo todos nos conocemos. Fue muy linda.
Estuve en Cafayate hasta los 16 años y después vine a vivir a Salta para avanzar en la carrera de la música. Estudié flauta traversa en el Conservatorio de Música, porque ese era el instrumento que yo consideraba más parecido a la quena.
¿Cómo fue el desarraigo de Cafayate? ¿Cómo fue pasar de vivir en la tranquilidad del pueblo a la capital de la provincia?
Cuando decidí venirme mi familia no dudó en apoyarme a pesar de que yo soy la hija más chica de un matrimonio grande. Tengo tres hermanos que me llevan muchos años, todos. De todas maneras, al año siguiente mis papás se vinieron conmigo porque no soportábamos la distancia.
¿En algún momento pensaste en dejar de estudiar para dedicarte de lleno a la música?
No, nunca. Para mí el estudio siempre fue algo que tenía que ir a la par de mi carrera en la música. Cuando salí de quinto año intenté estudiar abogacía, que no era lo mío.
Después estudié y me recibí de Martillera Pública. La vida me fue llevando a que pueda desarrollar mi carrera musical y vivir de esto.
¿Cómo sos en tu vida diaria?
Estoy casada y tengo tres hijos: Camila, Franco y Tomás, que nacieron en medio de la música. Mi esposo también es músico y además abogado, es mi representante e integra mi staff. Hicimos un buen equipo y, si no hubiera sido de esa manera, no sé si habría podido llevar adelante mi música.
Con la música habrás tenido la posibilidad de recorrer mucho la provincia y otras provincias ¿Cómo ves a Salta?
Cuando yo llegué a Salta la ciudad era grande pero no como ahora. Era una de esas ciudades con corazón de pueblo, donde todos se conocen, con costumbres pueblerinas. La provincia ha tenido un crecimiento importantísimo tanto turística como culturalmente. Salta se ha posicionado en los primeros lugares de la Argentina y yo te diría que Cafayate cumple ese mismo rol a nivel de la provincia, es el núcleo turístico y cultural para Salta.
Hace unos días se conoció tu decisión de participar en política lanzando tu candidatura a senadora provincial por Cafayate. Sin dudas esto marcará una nueva etapa en tu vida ¿En qué momento empezaste a pensar que podías trabajar en política?
Hace cuatro años que me empezaron a proponer participar en política. Al principio me parecía totalmente distinto e incompatible con mi música pero después empecé a analizar qué es lo que yo podía hacer.
Yo me siento embajadora de mi tierra porque adonde voy llevo su música, su ropa, sus instrumentos, sus colores. Entonces esto me ha llevado a ver a Salta y a Cafayate desde afuera.
Si bien hay muchas cosas que se han hecho y que se podrían seguir haciendo yo puedo sumar mi granito de arena también. Creo que cuando sos artista tenés otro trato con la gente y, de alguna manera, eso te acerca y hace que vivas la realidad desde otro punto de vista.
Decidí sumarme a este proyecto porque me siento a gusto con el equipo de gente con el que cuento.
Tengo la fuerza y creo tener la capacidad de representar a Cafayate social y políticamente.
Si bien Cafayate viene creciendo hay cosas que faltan y que se deben hacer en equipo. Yo propongo una política diferente, no voy a atacar a nadie.
No es mi intención ni criticar ni llevarme mal con nadie. Me parece que está bueno poder brindarle a la gente opciones. Diferentes, muchas, que todos los que quieran se presenten y el pueblo será quien elija a quien crea capaz, en quien confíe.
Por ahí mi figura apolítica hace que muchos se sientan identificados con alguien como yo, que no es político, que es del pueblo, que forma parte del común denominador de la gente. Ojalá sea así porque tengo un gran equipo de trabajo, con ideas elaboradas, con proyectos elaborados, no con utopías.
¿Sentiste temor en algún momento de que tu carrera se mezcle con lo político?
Sí, por supuesto. Pero nosotros dialogamos mucho en mi familia y analizamos las cosas. Sabíamos que esto expone de alguna manera a mis hijos y a mi familia en general.
Creo que todos tienen que estar preparados, no voy a hacer nada en lo que ellos no estén de acuerdo.
Yo siempre he tenido el apoyo incondicional de mi gente, mi grupo familiar y no podría emprender nada si no tengo ese apoyo.
La experiencia que yo tengo en estos 22 o 23 años de carrera es a través de la música. Muchas veces te pasa que la gente se te acerca porque sabe que, desde tu lugar, los podés ayudar con algún problema. Es toda una sumatoria de cosas que me llevaron a decir que sí y a sumarme a este proyecto.
¿Cuáles son esas ideas y proyectos que tenés?
Un tema preponderante de Cafayate, a pesar de que es un punto turístico y vitivinícola de gran envergadura, es que tiene una grave falencia laboral y territorial. En Cafayate mucha gente se queja porque no tiene trabajo y muchos pelean por un terreno para vivir. No soy una persona que apoye las dádivas. No me gusta.
Pareciera que es más cómodo, cuando alguien pide para comer, que le den un ingreso fácil y comida y es más complicado generarle un trabajo para que gane dignamente el pan que va a llevar a su casa. Pero lograr eso es mi idea.
También hay muchos jóvenes que desde hace unos años terminan la secundaria y no pueden seguir estudiando porque para muchas familias es realmente imposible mandarlos a Tucumán o Salta, que son las ciudades que tienen universidad.
Uno de nuestros proyectos es llevar una rama de la Universidad Nacional a Cafayate. Desconozco si otros legisladores han intentado esto pero nosotros tenemos los medios, las posibilidades y las conexiones necesarias a nivel nacional para concretar este proyecto.
El tema del agua también es una preocupación porque no hay infraestructura para administrar el recurso.
Otra cosa que se necesita es la llegada del gas. Son todos proyectos que nosotros tenemos fundamentados y analizados. Sobre todo, son ideas realizables. No planteamos utopías.
Uno piensa en Cafayate y piensa en vacaciones, festivales, buen vino, relajarse... ¿Pero cómo está Cafayate para los cafayateños?
La Serenata, por ejemplo, no es un festival que sea para el pueblo. Es para el turista. Antes se hacía la yapa, que ahora se perdió y desconozco por qué. Pero antes los lugareños iban a la yapa cuando terminaba la Serenata y se habían ido los turistas porque durante el festival los cafayateños están trabajando, y está bien que así sea porque representa un ingreso económico y trabajo para la gente de ahí.
Yo creo que la gente podría vivir mejor. Creo que se están haciendo cosas por Cafayate, que se está trabajando y nuestro objetivo es sumarnos a quienes estén oportunamente en el Ejecutivo para aportar.
Nuestro objetivo es que Cafayate florezca. Que se cubran y se suplan las falencias que puedan haber. Cuando en octubre o noviembre la gente decida quiénes van a representar a Cafayate lo peor que podemos hacer es empezar a pelearnos y a tirar cada uno para su lado. Eso creo que debe ser la política. Al menos esa es nuestra intención y es lo que vamos a proponer.
Tenés un mensaje muy conciliador. Hablás de sumar, más allá de los partidos. Pero hoy por hoy el contexto político en Salta está muy conflictuado...
Sí, es verdad. Pero yo tengo una base familiar y católica muy fuerte y creo que Dios dirige cada uno de mis pasos. Si hoy he tomado la determinación de participar de la vida política es porque Dios quiere que esté acá. Ojo que con esto no te digo que Dios es responsable de todo, porque no va a faltar el que se plantee que “qué tiene que ver Dios en todo esto”. Simplemente yo pienso que Dios es quien va guiando los pasos.
Tengo un objetivo en mi vida como persona y es hacer bien las cosas, simplemente. Cometo errores como todos pero mi objetivo como persona, como mujer, como música y como madre es ser buena gente, hacer las cosas bien. Y no por el hecho de que me sume a la política voy a dejar de hacer el bien, al contrario.
En tu carrera artística cosechaste aplausos en muchos escenarios, pero el escenario político es distinto. Por ahí vas a cosechar aplausos y también críticas, cuestionamientos y antipatías ¿Estás preparada para eso?
Sí. En un análisis familiar nos preparamos para el cachetazo y para el lado negativo de todo esto. Al lado positivo ya lo tenemos y vamos al frente con eso y al negativo vamos a amortiguarlo poniendo la otra mejilla. No nos vamos a salir a pelear con nadie porque esa no es nuestra intención. Pero sí estoy preparada para esto y además tengo un equipo de gente muy preparada que me apoyará.
¿Qué mensaje tenés para los cafayateños? ¿Qué pueden esperar de Mariana Cayón si llegás al Senado provincial?
Los cafayateños si me eligen van a tener una representante con los pies sobre la tierra, con muchas ganas de trabajar y representar de buena manera y dejando el nombre de Cafayate bien parado, con toda la responsabilidad que se requiere. Mi único objetivo es trabajar por Cafayate. Para eso les pido a todos que se acerquen con sus dudas, con sus consultas, con sus inquietudes y me hagan propuestas. Por ahí puedo no conocer todas las realidades de la gente pero voy a ir en busca de esas realidades para planificar un proyecto que le haga bien a mi pueblo.