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En lo que parece haber sido un ataque de furia, un grupo de jóvenes rompevidrieras actuó anoche nuevamente en el macrocentro capitalino y destrozó tres viviendas. Luego fueron detenidos y trasladados hacia la Alcaidía Judicial.
El ataque ocurrió aproximadamente a las 4.30, cuando los malvivientes empezaron a romper a puntapiés y con objetos pesados, los vidrios de los domicilios ubicados en la calle 20 de Febrero al 330, 342 y 350.
De inmediato, un llamado anónimo dio aviso al Sistema de Emergencias 911 y, momentos después, los móviles policiales se hicieron presente en el lugar de los hechos.
Al llegar, los efectivos vieron correr a tres personas en dirección a la calle Belgrano y se inició una persecución que finalizó en la intersección de calles 25 de Mayo y España, donde los atraparon.
Los supuestos “rompevidrieras” fueron identificados como Federico Rodríguez, de 25 años; Benjamín Fraguat, de 18 años y Benjamín Alberto, de 26.
La Policía informó que los damnificados aún no radicaron las denuncias y se dio a conocer que, pese a los daños materiales, los delincuentes no lograron robar ningún objeto de valor en las casas dañadas.
El primero de los edificios, en 20 de Febrero al 330, es un local en alquiler y en ese lugar los rompevidrieras golpearon, hasta romper, la parte baja de la puerta de entrada.
En la casa de al lado, un centro médico ubicado en el 342, los maleantes hicieron estallar los vidrios de una de las ventanas. Mientras que en el domicilio 350, la puerta de ingreso fue quebrada, aparentemente a patadas.
Otra vez, cerca de la Central
Hace un poco más de un mes, el 19 de junio pasado, los rompevidrieras actuaron a pocos metros de la Central de Policía.
Esa noche, los malvivientes arrojaron una piedra de gran tamaño contra una vidriera con membrana del local de informática Miguel Llaó, situado en Balcarce al 300, ubicado a solo dos cuadras de donde ocurrió este nuevo suceso.
Los ladrones ingresaron al comercio y se llevaron una notebook Leonovo, una netbook Samsung, una tablet PC 7 Eqqus y accesorios, elementos valuados en $17.000.
Horas después de ese hecho, el propio Jefe de la Policía se sinceró y dijo que “fue una cachetada” a la fuerza de seguridad.
“Vivir a la par de la Jefatura tiene que ser sinónimo de seguridad al 100%”, cerró Lami.
Delincuentes motorizados
Si bien en estos nuevos hechos delictivos ocurridos ayer a la madrugada, en la calle 20 de Febrero al 300, los rompevidrieras no se manejaron en vehículos, habitualmente éstos se trasladan en motocicletas, que son utilizadas para poder darse a la fuga con rapidez.
Los ladrones motorizados empezaron a delinquir con mayor frecuencia en la vía pública a mediados de 2007 y rápidamente se transformaron en un peligro para la sociedad salteña.
En un primer momento estos motochorros arrebataban carteras, portafolios y otros objetos de valor que las víctimas transportaban en la calle. Sin embargo, con el tiempo fueron evolucionando y generaron mayor preocupación.
Tiempo después, estos delincuentes conformaron bandas y realizaron operaciones logísticas como entraderas y salideras bancarias.
En la mayoría de los casos registrados, los ataques fueron en cajeros automáticos y sedes de bancos. Los maleantes esperaban a sus víctimas y unas cuadras más adelante les arrebataron el dinero extraído.
Este tipo de hechos son una novedad en la provincia y muestran el desmesurado avance de los ladrones dentro del territorio salteño.
Por si fuera poco, los motochorros también se transformaron en piratas del asfalto.
Hace poco tiempo se descubrió la nueva modalidad delictiva: los rompevidrieras, quienes también usan motos y entran a robar con cascos para no ser identificados.
Ahora la Policía investiga si los jóvenes apresados ayer, están o no involucrados en los delitos cometidos últimamente.