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Después de las elecciones, no se esperan cambios económicos

Sabado, 06 de julio de 2013 22:03
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Ni grandes cambios ni debacle económica. En eso coincidieron varios economistas consultados por El Tribuno, sobre el futuro del país para los dos meses que quedarán de este 2013 después de las elecciones legislativas del 27 de octubre. También acuerdan en otro punto: el crecimiento rondará entre el 2,5 y el 3,5 por ciento, una cifra inferior de lo que creció la Argentina en otros años del kirchnerismo, pero también un porcentaje superior al 1,9% que informó el Indec para 2012.

Los economistas Marcelo Lascano, Pablo Rojo y Raúl Cuello advirtieron sobre algunos aspectos del desempeño actual de la economía: la inflación, la caída de las reservas y las dudas sobre si el blanqueo de capitales (con los Cedines de por medio) permitirán reforzarlas, los reclamos salariales que superan el 25% (y lo emparentan con la inflación real), la no generación de empleo y la casi paralización de las inversiones.

Destacan como una bocanada de aire fresco para el Gobierno la liquidación de dólares provenientes de la exportación de granos, que arrancó hace pocos días y que se extenderá en la segunda mitad del año.

“El desempeño de la economía durante este primer semestre ha sido un tanto variable; el primer trimestre no fue muy bueno y el segundo trimestre está mostrando alguna recuperación en particular como consecuencia de la mejora en el sector automotor, y por supuesto de la liquidación de divisas del sector agropecuario. Para los dos próximos trimestres las expectativas son moderadas”, describió Pablo Rojo.

Con esto, sostuvo que la Argentina ingresó en una etapa de “crecimiento moderado”, con dos aspectos “muy preocupantes”: que en el país no se generan nuevos puestos de trabajo y que hay una importante caída de la inversión, “tanto en equipamiento de empresas como en la creación de infraestructura, sobre todo en los servicios públicos”, señaló.

Según Rojo, “las empresas hoy están invirtiendo bastante poco dinero porque las expectativas económicas no son muy buenas, además hay mucha incertidumbre política y económica”.

Para Lascano, en este momento electoral “el Gobierno tiene que favorecer todo lo que sean expresiones de gasto en la medida que hay capacidad ociosa para producir. Tiene que hacerlo para que la gente se sienta mejor”.

De todos modos, advirtió que la demanda “viene bien para que en el período electoral la gente se siente más complacida que si hubiera escasez. Pero esto no significa, desde el punto de vista de los empresarios, que haya disponibilidad de crédito barato ni confianza para invertir y si tiene desconfianza de que en el futuro va a producir más pero no tendrá quién le compre los productos, directamente no lo va a hacer”.

Lascano estimó en un 3% “sin jubileo” la expansión económica del país durante este año, y advirtió que “hay demasiado conflicto gremial y la inflación es más alta de lo que dice el Indec”.

Desafíos sin ajuste

Sin hacer “pronósticos ni tristes ni muy alegres”, remarcó la necesidad de que en el país “aparezcan la convivencia y las iniciativas”. Y señaló como desafíos mejorar el enfoque fiscal “porque desde el punto de vista contable las cuentas públicas están bien pero están apelando al sector público, sean bancos o Anses, para financiarse”, y la presión tributaria “está muy alta”.

Raúl Cuello también hizo una advertencia sobre los recursos con que cuenta el Gobierno, pero especialmente relacionado a las reservas y el blanqueo de capitales. “Hasta ahora no se han concretado las expectativas puestas” en los Cedines, como herramienta para que ingresen más dólares a las arcas del Estado nacional.

Ante esto, señaló que es elevado el riesgo de que las reservas sigan cayendo, porque las cuentas públicas “tienen dos agujeros muy importantes que demandan divisas: la necesidad de importar recursos energéticos, particularmente gas, que demandará entre 11 y 12 mil millones de dólares al año, y los dólares que se van por el turismo al exterior que alcanza un déficit de 3.500 a 4.000 millones de dólares”. La balanza turística está hoy desequilibrada: llegan menos visitantes extranjeros que argentinos que salen del país, y los visitantes apelan al mercado paralelo para cambiar sus dólares en la búsqueda de recibir más pesos que los ofrecidos por el cambio oficial.

A pesar de este panorama, Cuello no cree que después de las elecciones “la Presidenta oriente la economía hacia un proceso de ajuste para alinear los desequilibrios fiscales, monetarios, de comercio exterior, energéticos ni la relación con las provincias a través de la coparticipación”.

Algunos índices

En la economía actual hay luces en rojo y otras en verde. Entre las primeras figuran:

* La inflación: pese al control de precios con el congelamiento de 500 productos, los resultados aún no son palpables en el bolsillo de la gente. Estiman que alcanzaría el 25% anual.

* El nivel de inversión es bajo en empresas y en infraestructura del país. Y la generación de empleo está casi estancada hace más de un año.

* El gasto público sigue creciendo y el Gobierno apela a las reservas. Lanzó el blanqueo de capitales para tratar de captar dólares, pero las operaciones con Cedines aún son escasas.

Las opiniones

 

 

“La estrategia electoral del Gobierno esté fundada en no perder las mayorías parlamentarias. La única salida que encuentra a esto es aumentar el gasto público con distintos medios de pago y, naturalmente, eso produce inflación. La inflación está creciendo, el tipo de cambio no acompaña en igual medida, y el país pierde competitividad, sobre todo frente a Brasil que ha devaluado mucho. En ese orden, el nivel de actividad económica necesariamente tiene que bajar después de las elecciones. Se abre un panorama de incertidumbre respecto de cuáles pueden ser las reglas de juego para después de las elecciones”, Raúl Cuello.

 

 

 

“Para los dos próximos trimestres las expectativas son moderadas porque la economía de Brasil no termina de repuntar y eso va a incidir negativamente en el desempeño de muchos sectores industriales.
La tasa de inflación sigue siendo alta, por lo que las expectativas sobre el consumo tampoco son muy buenas.
Creo que la tasa de crecimiento de la economía durante este año va a estar en el orden del 2,5 y 3,5 por ciento, es decir, bastante por debajo de lo que ha sido en otros años. Así que decididamente entramos en una fase de crecimiento más moderado”, Pablo Rojo.
 

 

 

“No hay un panorama claro, sino más bien un ambiente propio de elecciones donde hay mucha controversia y pocas iniciativas, tanto desde el Gobierno como desde la oposición. El Gobierno tiene que tomar la iniciativa porque tiene la rienda del poder, pero la oposición no está planteando u ofreciendo una categoría o batería de medidas como para que las expectativas cambien. Diría que no es para hacer pronósticos ni tristes ni muy alentadores. Deberíamos usar todo nuestro juicio para que, en definitiva, aparezcan en la Argentina, primero la convivencia, bajen los decibeles de discusión y, luego, surjan las iniciativas”, Marcelo Lascano. 
 

 

 

 

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