Lo que empieza mal termina mal, no puede haber muchas sorpresas por eso. Norberto Oyarbide, en la mira de la oposición por sus lazos con el Gobierno, tardó más de un año en citar a declarar a los Schoklender, nunca convocó ni como testigo a Hebe de Bonafini y jamás investigó a los funcionarios que entregaron millones de pesos en subsidios que nadie sabe dónde están.
Pese al desfalco descomunal que se estaba intentando dilucidar, el juez -que ni siquiera puede explicar de dónde sacó un anillo de 250 mil dólares- nunca mostró la independencia que un caso de esta envergadura ameritaba.
Al día de hoy se desconoce el monto exacto del delito y las responsabilidades puntuales de los acusados: es decir, todo.
La decisión de apartar a Oyarbide es indiscutible, ya que su tarea fue la de no investigar, directamente.
Sin embargo, lo ocurrido con esta causa deja por ahora a toda la causa en fojas cero. ¿Se impulsará el juicio político contra Oyarbide por su mal desempeño?
Seguramente no, ya que la mayoría oficialista en el Consejo de la Magistratura lo vino protegiendo y no se espera que deje de hacerlo.
Es imprescindible que la Justicia se acerque a la gente, pero eso no solo se consigue con una reforma judicial sino también con jueces idóneos: Oyarbide, a la luz de los hechos, no parece ser uno de ellos.
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Lo que empieza mal termina mal, no puede haber muchas sorpresas por eso. Norberto Oyarbide, en la mira de la oposición por sus lazos con el Gobierno, tardó más de un año en citar a declarar a los Schoklender, nunca convocó ni como testigo a Hebe de Bonafini y jamás investigó a los funcionarios que entregaron millones de pesos en subsidios que nadie sabe dónde están.
Pese al desfalco descomunal que se estaba intentando dilucidar, el juez -que ni siquiera puede explicar de dónde sacó un anillo de 250 mil dólares- nunca mostró la independencia que un caso de esta envergadura ameritaba.
Al día de hoy se desconoce el monto exacto del delito y las responsabilidades puntuales de los acusados: es decir, todo.
La decisión de apartar a Oyarbide es indiscutible, ya que su tarea fue la de no investigar, directamente.
Sin embargo, lo ocurrido con esta causa deja por ahora a toda la causa en fojas cero. ¿Se impulsará el juicio político contra Oyarbide por su mal desempeño?
Seguramente no, ya que la mayoría oficialista en el Consejo de la Magistratura lo vino protegiendo y no se espera que deje de hacerlo.
Es imprescindible que la Justicia se acerque a la gente, pero eso no solo se consigue con una reforma judicial sino también con jueces idóneos: Oyarbide, a la luz de los hechos, no parece ser uno de ellos.