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La pregunta que en estos días se formulan los salteños es: ¿Qué hace Juan Manuel Urtubey con Carlos Villalba? O mejor: ¿Qué hace Carlos Villalba con Juan Manuel Urtubey?
Se atraen, dirán algunos. Ya se sabe que los contrarios se atraen. Es un axioma tan académico como popular, una demostración fundamental que está fuera de discusión. Por lo menos hasta hoy.
Urtubey y Villalba no son, o no serían, iguales. Las apariencias señalan que son diferentes uno del otro. Son o serían contrarios, por eso se atraen y buscan estar juntos. Para la mayoría la desigualdad entre ambos es evidente: el gobernador es alto, esbelto, elegante, insuperable jinete,defensor de las tradiciones gauchas, motociclista experto. Un lindo muchacho.
Mientras que el ex intendente de Salvador Mazza es un tanto desparejo fisonómicamente hablando, su indumentaria es un canto al desaliño,no tiene caballo, tampoco motocicleta. Y no digamos nada de la rala melena.
A Juan Manuel le gusta ir a misa los domingos. A Villalba le encanta ir a los prostíbulos todas las noches.
Se podría argumentar que en algo se parecen. Tanto al gauchito gobernador como al intendente depuesto les gana el amor por la familia. Los dos hacen todo lo que pueden, y lo que no pueden ni deben, para favorecer a la parentela.
También está el hecho de que tanto uno como el otro manejan (manejaba, en el caso de Carlitos) sus respectivas parcelas de poder como afirman que los patrones de antes manejaban la estancia.
A Villalba le cerraron en las narices las puertas de su ex partido, el Renovador de Salta (PRS); Urtubey le abrió las puertas del PJ.
Hmm. ¿Y si no son diferentes sino iguales?
Si así fuera el caso, habría que tallar y dar de nuevo.
Todo aparece confuso. Se conoce que la decisión de Juan Manuel de avalar que Villalba intente en los comicios de octubre recuperar la intendencia de Salvador Mazza, amparado en el sello del peronismo, fue forzada por el foro de intendentes a cambio de continuar apoyándolo.
El asunto es que si no son contrarios, por necesidad deben ser iguales. Y entonces la regla que quiere que los contrarios se atraigan, exige ser modificada en bien de la verdad, esto es: los iguales se atraen. O más claro: Urtubey=Villalba. Los dos en orsai.