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Las llamativas protestas que encabeza la organización ecologista Greenpeace en distintos lugares del planeta siempre dan qué hablar. Una de las últimas campañas emprendidas por la organización busca detener la exploración de petróleo en el Artico, a manos de la principal petrolera rusa, Rosneft, y de su socio norteamericano ExxonMobil, que se disponen a realizar prospecciones cerca del Parque Nacional Artico Ruso.
En ese marco, dos activistas argentinos junto a otros 24 ambientalistas fueron detenidos anteayer en Rusia y corren riesgo de ser acusados de “terrorismo y de investigaciones científicas ilegales”.
Se trata de Camila Speziale, una joven de 21 años, y Hernán Pérez, quienes fueron detenidos por la Guardia Costera rusa mientras protestaban contra la exploración petrolera en el Artico.
El Consulado argentino en Moscú ha demandado información al Gobierno ruso acerca de la situación y la Cancillería argentina, ha estado en contacto con directivos de Greenpeace en Argentina y Rusia, y con los familiares de los detenidos.
“La seguridad de los activistas sigue siendo nuestra prioridad. No han hecho nada para merecer este nivel de agresión, nuestros reclamos han sido siempre totalmente pacíficos. En nuestra última conversación telefónica con el barco, quedó claro que la tripulación mantiene su espíritu intacto y sabe que cuentan con el apoyo de miles de personas que están con ellos para oponerse a los peligros de la extracción de petróleo en el Artico”, declaró Mauro Fernández, de Greenpeace en Argentina.
Néstor Speziale, padre de Camila, indicó ayer que en las últimas horas recibió noticias de la entidad en cuanto a que “no hubo heridos” durante la represión de la protesta y que tanto su hija como los otros activistas permanecían “incomunicados”.
Los activistas argentinos y toda la tripulación del rompehielos de Greenpeace Arctic Sunrise permanecen bajo la custodia de las autoridades rusas desde hace más de 24 horas, cuando fueron abordados mientras protestaban contra la exploración petrolera en el Artico.
Speziale consideró que los activistas “están defendiendo el planeta, poniendo el cuerpo para frenar el cambio climático y el gobierno de (Vladimir) Putin en vez de exigirles a las empresas petroleras que no perforen el Artico, los detiene”.
La angustia de los familiares
En declaraciones periodísticas, Néstor Speziale, el papá de Camila, manifestó su angustia y preocupación tras la detención de su hija. “Estamos angustiados. Uno sabe que cuando se participa en algo todo lo que hace tiene un riesgo, pero nunca imaginás una situación que no deja de ser angustiante. Y como padre, siempre tenés la incertidumbre de que pueda pasar algo grave”, confesó el hombre.
Camila tiene 21 años y desde hace cuatro es voluntaria de Greenpeace. Es estudiante de fotografía, y si bien ya viajó por el interior del país, era la primera vez que se movilizaba sola a un lugar tan lejano.
“La incertidumbre la tenés siempre, porque puede haber algún imprevisto. Uno siempre va a tener miedo de que a los hijos les pase algo. Y la angustia, por cualquier cosa que se salga de los carriles normales, la tenés igual”, dijo.