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18 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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“Lo que no se perdona”, una profunda mirada sobre los jóvenes

Domingo, 11 de mayo de 2014 12:46
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Enormes cámaras, micrófonos jirafa, cortes de tránsito, incesante movimiento de técnicos y actores, fue el paisaje que se instaló en muchos sectores de la ciudad durante un mes, tiempo que duró el rodaje de “Lo que no se perdona”.

La película, del cineasta salteño Cristian Maximiliano Barroso, terminó de filmarse el viernes pasado; la próxima semana iniciará el camino de la edición y se prevé estrenarla simultáneamente en Salta y Buenos Aires entre octubre y noviembre próximos, en un circuito de festivales cinematográficos.

Con un presupuesto superior al millón y medio de pesos, este thriller es la ópera prima de Barroso quien no solo dirige el filme sino que es autor del libro que comenzó a escribir hace diez años, lo modificó en 2010 y lo presentó en el concurso Guía Digital del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales -INCAA-, que decidió solventar el proyecto. Con una coguionista adaptó la estructura narrativa para cine y así se reescribió hasta diciembre del año pasado.

La producción ejecutiva es de Coruya Cine en coproducción con Abanico Films, y la producción técnica es salteña a través de Caschi Cine que encabezan Cristina Tamagnini y Lalo Mamani junto a profesionales del medio.

Una historia que duele

La adolescencia en la incomunicación, la soledad, la indiferencia, es el reflejo de una realidad que hoy, como nunca, nos golpea como sociedad. La trama del filme gira en torno de un chico salteño de clase media con conflictos familiares que sufre el desamparo como consecuencia de esos problemas, y comienza a ingresar en un ambiente opuesto al suyo donde encontrará un personaje siniestro que encarna el conocido y extraordinario actor (también salteño) Roly Serrano. Las malas compañías y su entrada a un mundo oscuro producen un quiebre en su vida y lo llevará a cometer un crimen del que no sabe cómo saldrá.

El director

“Esto tiene directa relación con lo que miles de adolescentes argentinos pasan día a día. Sin apoyo y comunicación familiar ni un sistema educativo que los contenga, se encuentran al límite en una edad difícil, en esa transición hacia la madurez y se enfrentan a obstáculos que no saben cómo resolver”, le explica Cristian Barroso a El Tribuno mientras ajusta detalles en el rodaje.

Pero va más allá en una observación que llevó al desarrollo de su historia. “Hay un contraste enorme entre los adultos y los chicos salteños hoy, porque los segundos perdieron la identidad cultural. Ya ni siquiera hablan como salteños, las juntas de amigos son oscuras, hay una creciente agresividad y una violencia cruel. Los adolescentes reciben demasiada influencia foránea y una carencia absoluta de lo propio, de lo nuestro, de lo que siempre nos identificó. Este proceso comencé a observarlo hace diez años, pero en los últimos cinco hubo una profundización muy preocupante”, dice conmovido.

Y deja claro que en su película no plantea una salida, sino que intenta mostrar el límite en el que se mueven los chicos, esa frágil línea entre el bien y el mal, pero que cuando toman el camino equivocado ya no tienen retorno.

“Muchos chicos no tienen proyección sobre su propia vida y su futuro y por eso la muerte aparece como el límite: es a todo o nada. En la película mi objetivo fue meterme a fondo en la cabeza de este adolescente, en una trama que mezcla lo dramático, lo policial y una realidad que sacude”, concluye.

En el camino de la actuación 

Alvaro Masafra es Leandro en el filme, su mejor amigo en la ficción es Chachota, protagonizado por Luciano Ochoa y la novia de éste es July, que encarna Carolina Guerrero. “En la película entramos a la delincuencia y la droga llevados por Gustavo (Serrano). Es una historia muy actual, que la veo en mis pares, en cientos de chicos de mi generación”, dice Masafra a El Tribuno. A poco de cumplir los 17 asegura que estudiará teatro para seguir el camino de la actuación. “Mi personaje fue difícil, fuerte y duele porque esto pasa en la sociedad y en quienes evaden la realidad. En la filmación nos animamos a improvisar con nuestro lenguaje y sumamos al guión. Ojalá guste y sea un filme exitoso”.

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