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La Policía de Río Negro investiga la agresión a dos adolescentes de 14 y 16 años que fueron atacadas a golpes de puño y patadas por un grupo de adultos que ingresó a la escuela secundaria en la que son alumnas las víctimas, situada en la ciudad de General Roca.
Según se conoció ayer, el hecho se produjo el viernes pasado por la mañana en la escuela CEM 16 cuando las jóvenes fueron agredidas en forma salvaje mientras se encontraban en una clase de gimnasia.
De acuerdo con la información difundida por el diario Río Negro, la chica de 16 años debió ser hospitalizada el vienes al presentar fuertes dolores de cabeza.
Tras mantenerla internada por precaución y porque se le detectó un traumatismo craneano, la joven fue dada de alta el pasado sábado.
En tanto, la menor de las adolescentes agredidas sufrió lesiones más leves.
Según indicaron familiares de las jóvenes, la agresión se habría generado luego de una discusión que mantuvieron con una compañera de escuela de 13 años.
Poco después ingresaron al establecimiento cuatro adultos, entre los que se encontraría la madre de la adolescente con la que discutieron, y agredieron a las jóvenes a puñetazos y patadas.
Los padres de las menores agredidas realizaron una denuncia en la comisaría 21, donde también adujeron que uno de los agresores portaba un arma de fuego.
Los especialistas en educación coinciden que el bullying tiene el riesgo de ser banalizado.
Pero no es normal que un chico sufra violencia en el ámbito donde aprende.
Antes los padres visitaban y pedían una entrevista en la escuela a la que asisten sus hijos con una sola pregunta:” ¿Cómo le está yendo a mi hijo?”.
Veinte años después, la pregunta para la misma entrevista cambió a: ”¿Qué le hicieron a mi hijo?”.
La violencia en la educación tiene variantes, el acoso psicológico y/o físico o bullying en general. La violencia puede ser pura pero también simbólica, de la más perversa, sistemática y silenciosa. Y lo peor es que deja huella.
Actualmente, el fenómeno bullying se lo estudia para prevenirlo como cuando se lo interpreta en función de los casos que suceden.
En el bullying la víctima recibe un maltrato psicológico o físico reiterado, sistemático en un ámbito del que no puede escapar tan fácilmente, como puede ser el aula o la escuela. Y en casos extremos puede llevar al niño o joven a la muerte. Así de grave, así de dramático.
Para tomar en el ámbito de la educación, el bullying no tiene pares, ni iguales. No es un conflicto, es pura violencia y no cabe ningún tipo de mediación. Es pura violencia.
En el acoso psicológico escolar la víctima no puede escapar del ámbito donde ocurre la violencia misma: la escuela. No puede decir no vengo más. Por eso el bullying deja graves secuelas a futuro en la personalidad de la víctima. A las víctimas no les provoca ningún goce ser víctimas.
Aún se cree que la violencia psicológica escolar es subjetiva, y es cosa de chicos.
Muchos se quejan de que en las escuela de América latina y en muchas del mundo todavía no se asume el diagnóstico que lo que está ocurriendo en el aula se llama acoso moral y psicológico contra un alumno. En la tríada entre docentes, padres y compañeros se cree que las víctimas de bullying fabulan y sólo se trata de chicos sensibles y sobre los victimarios que lo hacen para divertirse, pero no son chicos malos.