inicia sesión o regístrate.
Con una mezcla de indignación hacia la FIFA y algunos reproches a Luis Suárez por haber perdido otra vez los estribos en la cancha, los uruguayos reaccionaron a la suspensión que dejó a su ídolo fuera de la Copa Mundial.
Suárez, el baluarte indiscutido de la selección, fue suspendido por nueve partidos para jugar con la “celeste”, como consecuencia de haber mordido en el hombro al italiano Giorgio Chiellini.
En Uruguay, la sanción cayó como un mazazo, según las reacciones de las autoridades del gobierno, la prensa y la gente.
El goleador, además, fue inhabilitado por cuatro meses para toda actividad vinculada con el fútbol, sanción que deberá purgar con su club, Liverpool de Inglaterra. La FIFA también le aplicó una multa económica de 100.000 francos suizos (110.000 dólares).
El comunicado consideró que el jugador violó “el artículo 48, apartado 1d del Código Disciplinario de la FIFA (CDF) al agredir a otro jugador, y el art. 57 por haber cometido una ofensa a la deportividad contra otro jugador”.
La sanción también le prohíbe incluso ingresar a cualquier estadio para presenciar partidos de clubes afiliados a federaciones nacionales vinculadas con la FIFA.
El futbolista y la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), que habían presentado descargos tras abrirse el expediente para investigar el caso, pondrán apelar la sanción pero sin detener la efectividad de la misma.
“No se puede tolerar este tipo de comportamiento especialmente durante la Copa Mundial, cuando millones de personas tienen la vista puesta en los jugadores”, argumentó el comunicado.
Uruguay llora su baja y pese a que está completamente justificada, el Mundial también se resiente porque pierde a la que fue una de sus principales figuras.