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25 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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La ley de talles para todos los cuerpos es un tema que también se debate en Salta

Sabado, 24 de octubre de 2015 00:00
Los maniquíes lucen talles estándar que no siempre responden a las necesidades de las mujeres. Andrés Mansilla
¿Dónde se viste una adolescente con sobrepeso? ¿En qué lugar encuentra talle una mujer ultradelgada? ¿Halla prendas a la moda alguien con obesidad? A veces una salida para comprar ropa deja de ser una ocasión festiva para convertirse en una situación de estrés. Sucede que las marcas suelen diseñar equipos para un solo target: la "mujer ideal". Así prefieren fabricar pocos talles, entre el 38 y el 42, para que sus modelos se luzcan. Tampoco se cumple en la mayoría de las provincias argentinas -Salta incluida- con el etiquetado según la norma IRAM (del Instituto Argentino de Normalización y Certificación) 75.310, que dispone como talles obligatorios desde el 38 al 48. También aconseja suprimir las imprecisas definiciones S, M, L y XL, o sus equivalentes 1, 2, 3 y 4.
Mientras en Europa y EEUU organizan desfiles con talles grandes y ponen a disposición de su clientela una amplia variedad de medidas, del 44 al 70, acá en Argentina sobran los argumentos para que no circule en el mercado esta ropa. Que les resulta más oneroso fabricar talles grandes, que se desvirtúan en estas proporciones los diseños, que no hay en el país una moldería para esos tamaños y que es muy difícil unificarlos por no existir un análisis antropométrico de la mujer argentina son algunas de las razones eufemísticas que recubren la discriminación.
Para cambiar el estado de las cosas, Salta ahora seguirá los pasos de Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos, Santa Cruz, Córdoba y Buenos Aires, que ya tienen su propia ley para garantizar que no se atente contra el derecho básico de las personas a vestirse. La semana pasada fue ingresado en la Cámara de Diputados un proyecto de ley que busca hacer cumplir la oferta de todos los talles en los locales de venta de ropa. El autor es el diputado Lucas Godoy, quien contó a El Tribuno que para impulsarlo ya mantuvo una reunión con la secretaria de Defensa del Consumidor de la Provincia, Alejandra Chuchuy. "En nuestra sociedad existen modelos estereotipados impuestos a las personas y este fenómeno puede provocar daños psicológicos y en ocasiones contribuir a la profundización de trastornos alimenticios", explicó. Por ello promueve que se regule la existencia y control de todos los talles en los locales y que estos, a su vez, se adecuen a las medidas establecidas por las normas IRAM. Además Godoy insistió en que es un punto central apuntar a los fabricantes porque muchos comercios en el interior del país son franquicias cuyas fábricas textiles tienen sede en Buenos Aires. Es el caso, por ejemplo, de Kevingston. Mercedes Arandia (24), empleada del local que esta marca tiene en el Alto NOA Shopping, contó que en nuestra provincia para los talles grandes hay mucha clientela, pero aunque siempre tratan de traerlos, dependen de la disponibilidad de la fábrica. "Vendemos del S al XXXL para hombre y del S al XXL para mujer. Generalmente, no tenemos problemas, aunque sí por las variaciones entre las líneas holgada y entallada de algunas camisas", acotó.
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¿Dónde se viste una adolescente con sobrepeso? ¿En qué lugar encuentra talle una mujer ultradelgada? ¿Halla prendas a la moda alguien con obesidad? A veces una salida para comprar ropa deja de ser una ocasión festiva para convertirse en una situación de estrés. Sucede que las marcas suelen diseñar equipos para un solo target: la "mujer ideal". Así prefieren fabricar pocos talles, entre el 38 y el 42, para que sus modelos se luzcan. Tampoco se cumple en la mayoría de las provincias argentinas -Salta incluida- con el etiquetado según la norma IRAM (del Instituto Argentino de Normalización y Certificación) 75.310, que dispone como talles obligatorios desde el 38 al 48. También aconseja suprimir las imprecisas definiciones S, M, L y XL, o sus equivalentes 1, 2, 3 y 4.
Mientras en Europa y EEUU organizan desfiles con talles grandes y ponen a disposición de su clientela una amplia variedad de medidas, del 44 al 70, acá en Argentina sobran los argumentos para que no circule en el mercado esta ropa. Que les resulta más oneroso fabricar talles grandes, que se desvirtúan en estas proporciones los diseños, que no hay en el país una moldería para esos tamaños y que es muy difícil unificarlos por no existir un análisis antropométrico de la mujer argentina son algunas de las razones eufemísticas que recubren la discriminación.
Para cambiar el estado de las cosas, Salta ahora seguirá los pasos de Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos, Santa Cruz, Córdoba y Buenos Aires, que ya tienen su propia ley para garantizar que no se atente contra el derecho básico de las personas a vestirse. La semana pasada fue ingresado en la Cámara de Diputados un proyecto de ley que busca hacer cumplir la oferta de todos los talles en los locales de venta de ropa. El autor es el diputado Lucas Godoy, quien contó a El Tribuno que para impulsarlo ya mantuvo una reunión con la secretaria de Defensa del Consumidor de la Provincia, Alejandra Chuchuy. "En nuestra sociedad existen modelos estereotipados impuestos a las personas y este fenómeno puede provocar daños psicológicos y en ocasiones contribuir a la profundización de trastornos alimenticios", explicó. Por ello promueve que se regule la existencia y control de todos los talles en los locales y que estos, a su vez, se adecuen a las medidas establecidas por las normas IRAM. Además Godoy insistió en que es un punto central apuntar a los fabricantes porque muchos comercios en el interior del país son franquicias cuyas fábricas textiles tienen sede en Buenos Aires. Es el caso, por ejemplo, de Kevingston. Mercedes Arandia (24), empleada del local que esta marca tiene en el Alto NOA Shopping, contó que en nuestra provincia para los talles grandes hay mucha clientela, pero aunque siempre tratan de traerlos, dependen de la disponibilidad de la fábrica. "Vendemos del S al XXXL para hombre y del S al XXL para mujer. Generalmente, no tenemos problemas, aunque sí por las variaciones entre las líneas holgada y entallada de algunas camisas", acotó.
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