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27 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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¡Nos creíamos muy Mafaldas, y nos descubrimos tan Susanitas! copy

Jueves, 26 de noviembre de 2015 20:14
Foto: Gentileza Pilar Conci
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Hoy se presentará en Expolibros Salta 2015 "El deseo más grande del mundo", un trabajo intenso y emotivo de la escritora y periodista Luciana Mantero. Todo aquello que implica el anhelo de traer un hijo al mundo; lo que ocurre cuando no sucede. La libertad de elegir no tener hijos. Ésa y otras experiencias se narran allí.

Antes de la presentación, Mantero dialogó con El Tribuno sobre su libro, los preconceptos y la ilusión de ser madre, entre otras cosas. La cita para oírla en persona será a las 20 en la Sala Walter Adet de la Biblioteca Provincial. La acompañarán Patricia Cerrizuela, Directora de Operaciones NOA de la Fundación Endeavor y Mónica Limache, médica ginecóloga y obstetra de Jujuy.

Iniciaste la escritura de tu libro a partir de una experiencia personal. Desde ese lugar, ¿qué pueden aportar tus páginas a las mujeres que están en ese mismo tránsito?
Atravesar la búsqueda de un hijo que no llega es algo que se suele vivir muy para adentro. Involucra a nuestra vida íntima y sobre esta situación existen prejuicios que relacionan injustamente la femeneidad o la hombría con la fertilidad. Muchas veces nos da culpa no poder quedar embarazadas o tener un hijo (aunque sepamos racionalmente que no depende de nosotros), nos sentimos mal y nos cerramos como un caracol. Incluso, a veces, en la propia pareja. Por eso el libro, que cuenta muchas historias y muy distintas, puede ayudar a otros a sentirse más acompañados, a pensar en voz alta, a darle valor a sus sentimientos y a pensar alternativas.

Comenzás el prólogo con una pregunta sobre lo que "nos pasa a las mujeres cuando empezamos a buscar un embarazo y éste se demora" ¿cuáles fueron las respuestas que intuías y cuáles te sorprendieron más?
Las repuestas tienen que ver con lo que decía anteriormente, sobre nuestros propios prejuicios. Aún en el siglo XXI, a veces pensamos que no ser madre es ser menos mujer. También con el deseo que, al no poder concebir, a muchas de nosotras se nos manifiesta muy profundo, y nos damos cuenta de cuánto realmente queremos ser o volver a ser madres (antes tal vez no lo percibíamos): ¡Nos creíamos muy Mafaldas, y nos descubrimos tan Susanitas! Cómo tenemos que remar para que la pareja siga fuerte, unida y con alegría, es otras de las cosas que nos suceden. Pero de todas formas me di cuenta de que no hay una sola forma de atravesar esto. Y por eso este collage de historias muestra pedacitos de todas las cosas que nos pueden pasar, para armar un retrato diverso, complejo, subjetivo, como somos las personas.

Existen preconceptos respecto de la medicina ligada a la fertilidad, la manipulación insistente del cuerpo de la mujer, cierto machismo por parte de la sociedad ¿cómo ves hoy esos aspectos y cuál es tu opinión respecto de las leyes públicas que posibilitan estos tratamientos?
No es fácil someter el cuerpo a análisis invasivos y tener nuestra agenda cooptada por los turnos médicos cuando soñábamos que un hijo sería fruto de una búsqueda amorosa. De todas formas creo que la ciencia ha abierto muchos caminos posibles para ayudar a que esto ocurra y que bienvenido sea esto (con ciertos límites de cuidados éticos razonables). Sí creo en alertar a los médicos a que puedan ver a sus pacientes de manera más sensible y pensando bien cómo comunican cada cosa, teniendo en cuenta además que esto puede influir en el resultado del tratamiento (está comprobado que el estado de ánimo influye directamente en nuestro cuerpo y de eso la ciencia sabe bastante poco). Una amiga me contó que cuando fue a hacerse una ecografía, en medio de un tratamiento de fertilidad, el ecografista le dijo al marido en un guiño cómplice que pretendía ser gracioso: 'Mirá que si viene fallada es motivo de devolución'. Todavía existe este pensamiento retrógrado en algunos lugares de nuestro país, más tradicionales. Es el mismo que asocia la infertilidad del hombre a la falta de virilidad. Por suerte en estas épocas las mujeres nos dimos cuenta de que la plenitud pasa por muchos lugares, más allá de la maternidad (en el libro le dedico un apartado a quienes deciden no tener hijos, rescatando la libertad para decidir de cada quién lo mejor para su vida), y entendimos que la infertilidad es una enfermedad como cualquier otra, que no disminuye nuestros atributos de género ni mucho menos. Respecto a las Leyes públicas, creo que nadie debería quedarse sin la posibilidad de tener un hijo o de intentar tenerlo con ayuda de al ciencia por no tener dinero.

Tomás nueve testimonios para construir un relato coral. Con esas mujeres, seguramente habrás con versado mucho más de lo que aparece en el libro ¿cuál fue, si lo hubo, el criterio de selección y edición de cada historia?
Me interesaba que fueran casos distintos, mujeres con perfiles diversos, con resoluciones a sus problemas y formas de pensar distintas.
En cuanto a la edición hubo dos cuestiones. Por un lado la narrativa: cómo contar cada historia de la manera que resultara más efectiva, de la forma en la que debía ser contada (por eso algunas están escritas en primera persona, otras en segunda, otras por escenas).
Por otro, no hacer de este libro una especie de cuento repetitivo de los análisis y tratamientos (no abrumar con detalles técnicos), si no privilegiar la particularidad de los pensamientos y las decisiones de cada mujer, de cada historia. Mi atención estuvo puesta siempre en que el libro sea ágil y que atrape al lector.

Afirmás que en la actualidad, muchas mujeres postergan la maternidad para una edad más avanzada ¿cuál es tu lectura de este fenómeno?
Hay un hecho biológico indiscutible, como me cuenta un médico en el libro: si bien la expectativa de vida para la mujer será en 2020 de 90 años, el primer tercio sigue siendo el más fértil; la calidad de los óvulos caen en picada desde los 35. Esto no significa que haya matices y que muchas mujeres no queden embarazadas sin problema a los 38 o a los 40. Pero me parece que este es un dato que todas tendríamos que tener en cuenta, seriamente, a la hora de decidir nuestra maternidad, mucho antes de lo que lo estamos pensando.
Tomarlo con más conciencia y no esperar el momento perfecto, que nunca llega. Sin desdeñar la idea de la planificación familiar, creo que la maternidad tiene cierta cuota de sana inconsciencia.

Los tratamientos no siempre tienen final feliz, en estos casos ¿creés que la adopción es una alternativa?
Absolutamente. Como voy descubriendo en el libro, a partir de mi propio proceso, creo que la maternidad es mucho más que la genética.

Escribiste un libro sobre Margarita Barrientos ¿te convocan en particular los tópicos ligados a la mujer y sus luchas o es pura casualidad?
No fue un acto meditado. Es como si los temas se me fueran imponiendo según las cosas que me van interesando. Pero evidentemente hay un tema de interés particular en cuestiones de género, de problemáticas sociales y de historias contadas con mucho sentimiento.

El perfil de la autora

Licenciada en Ciencias de la Comunicación en la UBA y periodista egresada de TEA. En 2005 obtuvo el Premio “Gota en el Mar” al Periodismo Solidario, por su trabajo en la revista Tercer Sector. Fue redactora en los diarios Ámbito Financiero, Publimetro, y Cronista; y productora en América Noticias, Canal P&E, entre otros. Su primer libro: Margarita Barrientos, una crónica sobre la pobreza, el poder y la solidaridad (2011). En 2002 colaboró con la investigación y redacción del libro “Cartoneros”, de Eduardo Anguita.
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