El primer auto era francés, tenía 3 rueda y andaba a vapor

Aunque hay coincidencia en admitir que el primer automóvil fue idea del jesuita Ferdinando Verbiest entre 1665 y 1680, es al francés José Cugnot a quien se lo considera padre del automóvil. Por supuesto, sin ignorar a sus precursores como fueron Leonardo Da Vinci y Denis Papín.
Es París la cuna del automóvil moderno, ya que por sus calles se movilizó por primera vez en 1769, un vehículo que más parecía un carromato. Tenía cuatro metros de largo y tres ruedas: una trasera y dos delanteras. La de atrás era la motriz que se accionaba por la fuerza del vapor producido por una gran caldera sostenida por dos barras de hierro arriba del carro. De la caldera salía un tubo conductor del vapor que iba hasta un émbolo que movimilizaba un pistón que a su vez, accionaba la rueda.
La dirección era un simple manubrio que se movía desde el pescante del carruaje. Dicen que Cugnot se paseaba lo más campante por las calles de la Ciudad Luz a una velocidad similar a la marcha forzada de un batallón de infantería, es decir, unos 5 kilómetros por hora. Por supuesto, lo parisinos al ver a Cugnot, quedaron con la boca abierta, pues no podían creer que un carruaje se moviera solo. Pero mientras Cugnot se paseaba orgulloso por las calle de París en su carruaje, Francia marchaba hacia grandes convulsiones sociales. Eran los albores de la Revolución Francesa de 1789. Se cree que ante la inminencia de la Revolución, Cugnot suspendió las experiencias que hacía para mejorar su automóvil. Esto fue aprovechado por los ingleses que venían observando los logros de Cugnot. Los copiaron, los mejoraron y así precipitaron el invento de la locomotora a vapor de Trevithick en 1800, invento que luego fue mejorado y completado por Stephenson. Sin duda, la locomotora fue parte de la evolución del automóvil. Medio siglo después, en 1859, Luis de Cristoforis, un noble italiano, presentó ante las autoridades del Instituto de Ciencias, un motor de combustión continua con compresión fuera del cilindro. Un año después, en 1860, Ettienne Lenoir, presentó un motor a explosión, según el ciclo de los motores modernos. En 1867 se realizó en París una exposición mecánica y allí Otto presentó su motor de cuatro tiempos por el que adquirió la primera patente. En 1877, Carl Benz construyó un motor de combustión interna que alcanzó las 300 r.p.m. En 1877, Carl Benz construyó un motor de combustión interna que alcanzó las 300 r.p.m. Por supuesto, estos nuevos motores eran monocilíndricos, pues el bicilíndrico apareció después y cuando lo hizo, nadie pudo reclamar su paternidad (y patente) porque apareció en forma simultánea en varios países de Europa.Así estaban las cosas cuando en el nuevo mundo del automovilismo apareció de pronto un personaje que revoluciona todo los hechos e inventado hasta entonces. Era Gottlieb Daimler, el inventor del automóvil a bencina. Daimler había estudiado en la Escuela Politécnica de Stuttgart donde luego de graduarse fabricó armas, pero a poco se inclinó por la ingeniería mecánica. Esto lo llevó a estudiar en Francia, Bélgica e Inglaterra. En Alemania, en 1872 Daimler fue designado director técnico de la empresa de Nikolaus Otto, el inventor del motor de cuatro tiempos. Allí vió la posibilidad de aplicar el motor que fabricaban en la Deutz para traccionar vehículos. Como no encontró apoyo se retiró e instaló su propio taller en 1882. Ese mismo año fundó con Wilhelm Maybach, su empresa dedicada a la construcción de motores de combustión interna. Tres años después, patentaron uno de los primeros motores capaces de impulsar un vehículo con cierta velocidad. Además, desarrollaron el primer carburador que permitió el empleo de gasolina o nafta como combustible. El nuevo motor fue montado en una bicicleta, constituyéndose así, en la primera motocicleta de la historia. El nuevo motor fue montado en una bicicleta, constituyéndose así, en la primera motocicleta de la historia. Continuando con sus experimentos, al poco tiempo Daimler construyo un automóvil de cuatro ruedas, con una palanca de dirección, correa de transmisión y caja de cuatro velocidades. Con él alcanzó la increíble velocidad de 18 k/p/h. Con semejante logro Daimler abrió su propia agencia. En 1890 se fundó la Daimler Motoren Gesellschaft, en Cannstatt, planta industrial que 9 años después, construyó el primer coche de la marca Mercedes.