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Voluntarios del comedor comunitario de la parroquia San José Obrero prepararán locro para vender en el Día del Trabajador. Con los fondos que recauden, comprarán elementos para equipar la cocina que alimenta a más de un centenar de personas necesitadas por día.
"Hacen falta ollas grandes. También armarios que tengan seguridad para guardar las cosas y que no se las roben", dijo Ricardo Villada, que es presidente del Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta y viene colaborando con la tarea solidaria de esta organización.
"El Concejo Deliberante apoya institucionalmente a los voluntarios, que ayudan a unas 150 personas entre las que se encuentran no solo niños, sino también adultos mayores", concluyó Villada.
El comedor, ubicado en el barrio San José, está inmerso en una zona marcada por la pobreza, la violencia y la inseguridad.
Hace un mes que la organización sufrió un robo del que le cuesta reponerse. Se llevaron los utensilios de cocina y ahora los voluntarios trabajan para tener un lugar más seguro donde guardar las cosas.
Ollas, cubiertos y otros bienes que habían conseguido con mucho esfuerzo desaparecieron. A los voluntarios se les ocurrió organizar un locro del Día del Trabajador para la recaudar fondos y afrontar la situación.
El locro que cocinarán estará listo el viernes a las 12. Costará 40 pesos la porción. Para comprar y colaborar con la institución, hay que acercarse a Juan Larrea 1161, justo a la vuelta de la iglesia del barrio San José.
Merienda y cena
En el comedor, más de vecinos necesitados reciben a diario la merienda y la cena. Para dar esta asistencia a la población de la zona, trabajan 50 voluntarios que rotan en las actividades de la cocina.
En el lugar también armaron un ropero comunitario que recibe prendas de vestir para distribuirlas entre familias humildes.
El viernes se podrá comprar locro, pero también llevar ropa que ya no se use en casa, especialmente de abrigo.
Inclusive se pueden regalar prendas que tengan defectos, ya que los voluntarios las arreglan, las clasifican y las entregan a quienes más la necesitan.
También se requieren artículos de librería porque en la parroquia se dictan clases de apoyo escolar para los niños de primaria. Se debe aclarar que las donaciones serán independientes de la venta del locro.
La idea es brindar una contención social integral para una zona castigada por la pobreza, la violencia y la drogadicción.
"Hacen falta ollas grandes. También armarios que tengan seguridad para guardar las cosas y que no se las roben", dijo Ricardo Villada, que es presidente del Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta y viene colaborando con la tarea solidaria de esta organización.
"El Concejo Deliberante apoya institucionalmente a los voluntarios, que ayudan a unas 150 personas entre las que se encuentran no solo niños, sino también adultos mayores", concluyó Villada.
El comedor, ubicado en el barrio San José, está inmerso en una zona marcada por la pobreza, la violencia y la inseguridad.
Hace un mes que la organización sufrió un robo del que le cuesta reponerse. Se llevaron los utensilios de cocina y ahora los voluntarios trabajan para tener un lugar más seguro donde guardar las cosas.
Ollas, cubiertos y otros bienes que habían conseguido con mucho esfuerzo desaparecieron. A los voluntarios se les ocurrió organizar un locro del Día del Trabajador para la recaudar fondos y afrontar la situación.
El locro que cocinarán estará listo el viernes a las 12. Costará 40 pesos la porción. Para comprar y colaborar con la institución, hay que acercarse a Juan Larrea 1161, justo a la vuelta de la iglesia del barrio San José.
Merienda y cena
En el comedor, más de vecinos necesitados reciben a diario la merienda y la cena. Para dar esta asistencia a la población de la zona, trabajan 50 voluntarios que rotan en las actividades de la cocina.
En el lugar también armaron un ropero comunitario que recibe prendas de vestir para distribuirlas entre familias humildes.
El viernes se podrá comprar locro, pero también llevar ropa que ya no se use en casa, especialmente de abrigo.
Inclusive se pueden regalar prendas que tengan defectos, ya que los voluntarios las arreglan, las clasifican y las entregan a quienes más la necesitan.
También se requieren artículos de librería porque en la parroquia se dictan clases de apoyo escolar para los niños de primaria. Se debe aclarar que las donaciones serán independientes de la venta del locro.
La idea es brindar una contención social integral para una zona castigada por la pobreza, la violencia y la drogadicción.
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