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La contemplación favorece la percepción de lo que el tercer ojo tiene para mostrar. Como los chakras son un sistema que funciona interconectado, es bueno comenzar alineando todos nuestros centros.
¿Cómo hacerlo? Con la columna derecha y las manos descansando sobre las piernas con las palmas hacia arriba, lleve su atención y la respiración a la zona de su cuerpo que se encuentra ubicada dos dedos debajo del ombligo. Una vez que la respiración sea más lenta y pausada, comience a inhalar el color rojo y llévelo a la zona que está entre los genitales, que es su chakra raíz. Una vez ahí, visualice esta energía como un sol rojo que brilla más allá de su cuerpo físico y haga dos o tres respiraciones. Mueva su intención y su respiración al lugar que se encuentra dos dedos debajo del ombligo y visualice ahí un sol naranja.
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