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El Tribuno conversó sobre el tema con Irma Lidia Silva, quien es licenciada en Psicología y preside el Colegio de Psicólogos de Salta. Silva dijo lo siguiente: "El ser humano es un ser cultural. Es inconcebible e inviable fuera de la cultura. Tanto la paternidad como la maternidad son funciones de carácter biopsicosocial, influenciadas por los distintos factores biológicos, psicológicos y socioculturales, así como las tradiciones familiares específicas que confluyen generando un contexto intersubjetivo familiar. En la actualidad, el rol paterno no solo es el de apoyar la función materna sino el de desplegar un lugar propio. Hablamos entonces de parentalidades compartidas y sostenemos que ambos roles están en un proceso de ajuste y regulación de sus funciones y necesitan de un apuntalamiento permanente entre ellos. Paternidad que irá ajustándose a los cambios obligados en los tiempos de la posmodernidad. No debemos olvidar que en las sociedades tradicionales, hombres y mujeres sostienen universos culturales separados y complementarios, y la paternidad y la maternidad no son funciones separadas, se complementan y constituyen la "parentalidad compartida''. Es aquí donde la paternidad, construida históricamente sobre imágenes negativas asociadas al mantenimiento y transmisión de reglas y normas, puede ser leída con un gran potencial transformador.
Alicia Stolkiner define como "paternidad de vínculo primario'' a los varones que comparten el cuidado del bebé con las madres, que participan de su nacimiento y que acceden a algo que les fue negado durante siglos: el vínculo primario de cuidado de un lactante; incorporan la ternura a la paternidad, uno de sus aspectos más negados. Esta nueva forma de paternidad es un cambio en la actitud personal y social de los hombres y las mujeres con respecto al rol del padre tradicional que sólo aportaba económicamente a la familia, delegando el rol de crianza y educación a la madre. En este caso, el padre y la madre hacen un equipo. También hay que considerar que la función paterna no está soldada a la denominación de "padre'', que circula por la familia, lo importante es que esta "función" se cumpla más allá de la anatomía de sus integrantes. Hay nuevas paternidades porque hay nuevas formas de parejas; hay parejas igualitarias en las que los dos comparten responsabilidades y los hombres dejan la masculinidad tradicional e incorporan la afectividad que antes era "exclusiva'' de la mujer, y a la vez vemos a la mujer más inserta en el mundo público, y, asimismo, hay parejas tradicionales, con el hombre proveedor y la mujer que educa. Así, cuando un hombre quiere asumir un papel activo en el cuidado infantil, las instituciones sociales familia, escuela, trabajo, salud y la sociedad parecen excluirlo de esa posibilidad. Lo importante es que el espacio se está abriendo y los roles se están cuestionando".