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2 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Floresta ya lleva tres semanas sin agua

Los vecinos afirman que los camiones cisterna no van porque “están de vacaciones ”.
Miércoles, 27 de diciembre de 2017 00:00
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Subiendo el cerro, atrás de villa Mitre, solo una parte del camino tiene cordón cuneta y asfalto. Desde allí se puede observar toda la ciudad. Con un vista magnifica que muestra cómo creció Salta, Floresta es una postal de las desigualdades que existen dentro de una misma ciudad. Allí los vecinos nunca tuvieron agua corriente en sus casas y desde hace tres semanas se quedaron sin un camión que les llena tachos periódicamente para subsistir.

El pavimento llegó hace poco solo para algunas cuadras. Muchas calles se abren por la fuerza de los vehículos y el andar diario. En algunos sectores, no hay ni vereda. La ropa se lava en fuentones y solo los vecinos con una mejor situación económica tienen aparatos semiautomáticos. En ambos casos, el agua que se usa para enjuagar corre por las calles de tierra y lajas.

Los baños son con pozos ciego y para todo el barrio, de unas 30 cuadras, hay dos caños públicos.

Analía tiene 26 años, cuatro hijos y desde chica vive en el mismo barrio. "Me mudé acá (más arriba de la casa paterna) hace tres años para tener mi propia casa. La estamos haciendo de a poco, pero ni allá ni acá nunca tuvimos agua", contó la joven mujer mientras daba de mamar a su hijo de dos años.

En la vivienda de Analía el agua potable se guarda en tachos y tanques de agua de mil litros. "De esta manera, mi casa tiene agua por lo menos dos semanas pero los vecinos que no tienen tanques tan grandes no sé cómo hacen", expresó a este medio.

Los vecinos de Floresta no cuentan con agua potable en sus domicilios y desde hace 22 días que los camiones cisternas que los abastecen por lo menos tres veces a la semana no cumplen con su tarea.

Graciela vive a una cuadra de la gruta donde está el pesebre en estos días. En su encuentro con este medio, contó que a lo largo del año, los empleados de Aguas del Norte llegaron a colocar los caños y las cajas de medidores. "El intendente dijo que para diciembre íbamos a tener agua pero nada", expresó la mujer, que habita hace más de 10 años en la zona.

Su familia está compuesta de dos hijos de más de 20 y su esposo, que no demoró en salir a reclamar acciones desde el municipio. "Nos dijeron que para fin de año íbamos a tener agua en la casa pero ya termina el año y ni señales de que vengan a conectar el servicio en la casa", expresó Roberto.

En la vereda de enfrente, otro vecino salió a quejarse por la situación en la que viven desde hace semanas. "Lo peor de todo es que reclamamos por lo que está pasando y la respuesta que nos dieron es que el personal que maneja los camiones cisterna está de vacaciones", afirmó Javier, mientras juntaba los dedos se sus manos en un puñado frente a su cara como signo de interrogación.

Falta de higiene y mosquitos

Las calles de Floresta, en su mayoría no cuentan con asfalto ni cordón cuneta. Solo algunos lograron hacer la vereda, más por un acuerdo entre vecinos que por una acción municipal. Las calles del barrio se abrieron a gusto y necesidad de quienes se fueron asentando en la zona. Cuando llueve, caminar hasta sus viviendas se convierte en el ejercicio de escalar las calles, cargados de niños, bolsas, y cansancio.

Si bien tienen alumbrado público, con el movimiento de tierra que hicieron tanto quienes fueron a preparar las arterias para armar el cordón cuneta como los empleados de Agua del Norte para colocar los caños del servicio de agua potable, varios postes esperan una tormenta más para terminar de inclinarse y caer sobre las angostas calles.

"Es preocupante la situación en la que está el barrio. El cerro se llenó alimañas y, con las lluvias, el pasto creció mucho", agregó Analía. Otro de los temores que tienen los vecinos se relaciona con el almacenamiento del agua y la proliferación de mosquitos. Muchos de los tanques y bidones en los que se coloca el agua para consumo no tienen tapa y se encuentran en un espacio abierto. En este lugar los mosquitos cubren la superficie del agua, dejando sus larvas, y cuando llueve el agua se contamina.

A fines de julio de 2016, el municipio anunció la inversión de $113.885.939 en obras para la zona.

 

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