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23 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Sigue la incertidumbre con los bagayeros en Orán

Convencidos de llegar a un acuerdo, los trabajadores de la frontera esperan una solución. Hoy llegarían funcionarios de Nación.
Lunes, 05 de junio de 2017 00:00

Rostros cansados, niños que juegan al costado de la ruta 50 con sus caritas negras por la tierra, jóvenes que van y vienen junto a una amiga o novia a bordo de una baqueteada moto 110 cc, hombres y mujeres que al parecer llevan la voz de mando deambulan por la zona donde decidieron acampar y quemar gomas, a unos 100 metros de la rotonda de ingreso a San Ramón de la Nueva Orán.

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Rostros cansados, niños que juegan al costado de la ruta 50 con sus caritas negras por la tierra, jóvenes que van y vienen junto a una amiga o novia a bordo de una baqueteada moto 110 cc, hombres y mujeres que al parecer llevan la voz de mando deambulan por la zona donde decidieron acampar y quemar gomas, a unos 100 metros de la rotonda de ingreso a San Ramón de la Nueva Orán.

Esperan cada vez más impacientes que alguien se acerque para hablar sobre la grave situación que hace cuatro días los tiene en vilo cortando el ingreso y egreso a la ciudad.

"Todavía no vino nadie, los que dicen representarnos ni aparecen, encima tenemos entendido que vienen dos o tres camiones de Gendarmería Nacional desde Tucumán, también que mañana (por hoy) van a llegar autoridades desde la Nación. Lo único que pedimos es que nos dejen seguir trabajando. Nosotros, los bagayeros, no molestamos a nadie", sostuvo uno de los hombres en medio de la ruta en diálogo con El Tribuno.

El reclamo sigue siendo el del primer día, cuando se instalaron el jueves pasado con troncos y gomas para cortar la ruta 50 en el acceso a Orán: conservar el trabajo de unos 5.000 bagayeros, la actividad de trasladar mercadería de forma ilegal.

Un tronco de unos tres metros y medio, quemado pero con la fortaleza necesaria para hacer las veces de barrera, se mantiene inalterable sobre la calzada.

"Cada dos horas dejamos pasar a los autos, circulan durante 10 minutos. Después se vuelve a cortar. Salvo que vengan chiquitos o personas mal de salud, a quienes no se les impide el paso. Si no pasaron después del tiempo programado, deberán esperar dos horas más", cuenta otro de los bagayeros en su rol de portavoz. Según lo acordado entre ellos, el corte seguirá con la misma metodología durante la jornada de hoy.

El cansancio de tediosas jornadas sobre la ruta, pero sobre todo la posibilidad de recibir a las autoridades nacionales fue flexibilizando la modalidad del corte, disminuyendo el tiempo de espera de 6 a 2 horas.

Esperan soluciones

La creencia entre los bagayeros, o al menos entre quienes deciden acercarse para dialogar con la prensa, es un tanto idealista desde el momento en que esperan recibir una "solución" a cambio de perder el bagayo. "Creemos que si el Gobierno decidió sacarnos, esto es porque debe tener algo para ofrecernos, somos cerca de 5 mil familias que trabajamos del bagayo. Nos parece bien que el Gobierno quiera erradicar el contrabando que va en desmedro del comercio y la industria en el país", señalaron.

Y agregaron: "Pero también tienen que tener en cuenta que si nos quitan esto no nos queda nada, vivimos haciendo esto y lo hacemos lo más dignamente que podemos. Los que estamos en el bagayo mantenemos a una familia, nos preocupamos por su salud, tener nuestra casita y vivir dignamente".

Una de las mujeres, que también enciende su retórica para hacer escuchar el reclamo, manifiesta: "Nosotros creemos que si viene esa orden de arriba, necesitamos que nos den una solución porque no podemos vivir del aire. Nuestros gobernantes tienen que tener en cuenta eso. Detrás de cada uno de nosotros hay una familia, en algunos casos con varios miembros, con 10 y hasta 15 personas".

Ayer a la tarde hubo rumor de que los iban a desalojar de la ruta y hubo revuelo, pero nada ocurrió.

Dos caras de una misma moneda

Muchos de los bagayeros, mujeres y hombres, adolescentes y jóvenes, trabajan desde siempre en la frontera yendo y viniendo con las lonas. En el marco de la ilegalidad, muchos de ellos responden a intereses mínimos y se ganan la vida de esa forma. “De a poco pudimos pasar de la casa de madera con letrinas a tener nuestros ladrillos, nuestras chapas de zinc y un baño como la gente, no de primera pero tampoco con letrinas”, expone la situación uno de los considerados “buenos bagayeros”.
Del otro lado está la corporación de bagayos más pesada, esa donde los intereses son propios pero también ajenos, donde la suma llega a números exorbitantes, millonarios, y nada tiene que ver con el trabajo genuino pero ilegal de sus compañeros. Esa parte no tan buena de los laburantes fronterizos se expone en camionetas y autos de alta gama, en “los patrones que están perdiendo millones de pesos”.

Según los distintos jóvenes y no tan jóvenes que se mantienen resistiendo sobre la ruta 50, “no somos piqueteros, no tenemos necesidad de cubrirnos la cara, lo hacemos de corazón y desde una profunda desesperación porque nos quieren sacar nuestra fuente de trabajo. Por eso venimos a la ruta, de lo contrario estaríamos felices de la vida poniéndole el lomo al bagayo”.

Los que llegarían

Según se supo, hoy llegarían autoridades nacionales. Desde el Ministerio de Seguridad llegará Agustín Calvo Castilla, secretario de Frontera y Mariano Donadío, coordinador de Fronteras; desde el Ministerio de Desarrollo Social vendrán Joaquín Bernárdez, subsecretario Herramientas para la Economía Social, y Andrés Satriano, subsecretario de para la Economía Social, entre otros.

 

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