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18 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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Vuelve el Cine Club de los Miércoles con el ciclo: "La guerra civil española, la posguerra"

El miércoles 13 de marzo comienza la 12va temporada. Se presentará "Los girasoles ciegos", de José Luis Cuerda. La producción podrá disfrutarse, a partir de las 21, en el Salón Bicentenario del Colegio de Médicos de Salta (Marcelo T. de Alvear 1310). Con entrada libre y gratuita.
Sabado, 09 de marzo de 2019 22:13
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Este Ciclo fue propuesto por nuestro amigo cineclubista, cinéfilo y “operómano” desde su adolescencia, Pablo Di Marco, quien presentará cada película y coordinará el debate posterior a la proyección.

Hace tres años, en ocasión de cumplirse el 80mo. Aniversario del inicio de la guerra civil española, presentamos un ciclo en el cual se analizaron diversos aspectos de esta guerra desde distintos puntos de vista.

Este año se cumplen también 80 años, pero desde la finalización de la guerra y el comienzo de una posguerra que tal vez sea la más larga de la historia universal.

Es oportuno recordar la frase del protagonista de la película “La Colmena” que exhibimos hace tres años: “No ha llegado la paz, ha llegado la victoria” y efectivamente así fue. Los vencedores se convirtieron prácticamente en un ejército de ocupación llevando a cabo, especialmente entre los años 40 y 50, una atroz política de exterminio de todo aquél que pensaba de manera diferente, en medio de una situación generalizada de miseria y, por sobre todo, de terror y amedrentamiento en un país que había quedado aislado internacionalmente por decisión de la Sociedad de Naciones por el apoyo explícito y material a las potencias del Eje (Alemania, especialmente) durante el desarrollo de la segunda guerra mundial.

En el ciclo nos vamos a concentrar en tres aspectos de la posguerra: el primero, poco conocido, se refiere a un fenómeno que comenzó a presentarse inmediatamente después de la muerte de Franco: la aparición de los llamados topos, o sea republicanos que una vez acabada la guerra se ocultaron donde pudieron, a veces en sus propias casas, por terror a la persecución, la cárcel, tortura y posterior asesinato.

El segundo tema se va a centrar en la represión a los republicanos y se va a ejemplificar con un crimen espantoso cometido en la Cárcel de las Ventas: el fusilamiento de trece niñas, trece adolescentes cuyas manos nunca se mancharon con sangre, pero que fueron asesinadas tras un simulacro de juicio (práctica muy habitual en esa época) como represalia del crimen de un jerarca franquista, con el que ellas no tenían absolutamente nada que ver. Pasaron a la historia, que nunca las olvidará, con el nombre de Las Trece Rosas.


Como cierre, un estreno exclusivo en Salta (en la Argentina sólo se presentó en un festival en Paraná en diciembre pasado) que se exhibirá gracias a la generosidad y buena disposición de su directora Mau Cardoso. Se trata de una película representativa del cine independiente español en la que se muestra cómo la guerra afectó y marcó definitivamente a la niñez que atravesó esa época.

 

Los girasoles ciegos

Dirección: José Luis Cuerda

Guión: José Luis Cuerda, Rafael Azcona (Novela: Alberto Méndez)

Fotografía: Hans Burmann

Reparto: Maribel Verdú, Javier Cámara, Raúl Arévalo, y otros.

 

"Los girasoles ciegos" camina por la derrota moral de los vencidos, los de la Guerra Civil española, a través de cuatro historias de horror y desolación dentro de una misma familia, cuatro relatos para avivar la memoria contra el olvido de los perdedores. Acaba de terminar la contienda y son años de represión y dolor, de miedos, de valores pervertidos. "Es un retrato de cómo los sentimientos se corrompen con la represión", asegura José Luis Cuerda, autor junto a Rafael Azcona del guion del libro.

“En el pasillo de ese edificio madrileño se palpa la felicidad del director, inoculada en el resto del equipo, pero también la tristeza. La tristeza de una despedida que se intuye definitiva. Es un pasillo largo, con libros a ambos lados, casi en penumbra, con el único balconcillo resguardado del exterior por unas cortinas blancas. Se intuye la luz, pero nadie te puede ver desde fuera. En el zaguán de una puerta aparece Ricardo (Javier Cámara) en pijama y batín de pana marrón; también zapatillas de fieltro. Su rostro muestra el dramatismo del momento. Abrazará a su hija Elenita (Irene Escolar) por última vez. Está embarazada de ocho meses, y Elenita y su novio Lalo (Martín Rivas) escapan al exilio. Nunca más volverán a verles. Ni su padre, ni su madre Elena (Maribel Verdú) ni su hermano pequeño. Todos lo saben y todos hacen como que no lo saben. Guardan las apariencias, y más que nadie la madre. Delgada, con una melena corta, elegante, vestida con sencillez, falda negra, camisa de seda clara y chaqueta de lana gris, da el último adiós a esa hija de 17 años que, con una maleta y una manta, inicia una huida imposible en busca de algo mejor”. (El País, Octubre 2007)

Ricardo está a punto de convertirse en un “topo”, uno de los tantos republicanos aterrorizados por el incierto futuro que les prometía el franquismo vencedor. Un futuro de represión y represalias que  muchos no podían enfrentar

Después de la muerte de Franco es cuando comienzan a salir de sus refugios. En los diarios de esa época (1975 en adelante) era  cosa de casi todos los días las noticias de la aparición de algún “topo".

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