A partir de hoy, con diversas modalidades y prevenciones según los distritos, comienza el proceso de normalización escolar, con la vuelta a las aulas de los alumnos de los distintos niveles.
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A partir de hoy, con diversas modalidades y prevenciones según los distritos, comienza el proceso de normalización escolar, con la vuelta a las aulas de los alumnos de los distintos niveles.
La pandemia sigue presente y los protocolos tales como uso de barbijos, distanciamiento y detección temprana de brotes siguen siendo imprescindibles.
El peso de la responsabilidad de esta normalización recaerá en los docentes al frente de grado, los que deberán sortear además las dificultades que plantean el desconcierto de los gobiernos y el oportunismo sindical frente a una crisis sanitaria a la que el aprovechamiento político parece convertir en botín de guerra.
Las clases comenzarán sin vacuna, porque las dosis prometidas no llegaron. El panorama actual obliga a suponer que, por ahora, será imposible vacunar a toda la población mayor de 18 años en el curso de este año. Sin embargo, las clases deben comenzar y la primera tarea de los docentes será la de evaluar cuánto se ha perdido en materia de incorporación de hábitos y conocimientos, y cuál es la magnitud de la grieta educativa que, por cierto, compromete el futuro de una generación. El retorno a las clases presenciales fue resuelto por el Consejo Federal de Educación (integrado por la cartera nacional y las autoridades educativas de todas las provincias).
Allí se acordaron las resoluciones y los protocolos que servirán de referencia para todo el país.
En el mundo prevalece el criterio de que cerrar las escuelas es una "tragedia social", porque la educación virtual no reemplaza a la presencial; porque son mayoría los alumnos que resultan excluidos por carecer de acceso a internet y porque la escuela cumple una función socializadora que ni la robótica más avanzada puede reemplazar. En Europa se ha verificado que la transmisión del COVID-19 a través de los niños es muy inferior a lo que se calculaba. Sin embargo, el virus está presente y las conductas irresponsables observadas en muchos lugares donde la gente se concentra sin protocolos indica que no se puede bajar la guardia.
Unicef aconseja una reapertura segura y gradual, planes de contingencia y entrenamiento de los docentes y auxiliares.
Primeros pasos
El ciclo lectivo 2021 comenzará con una presencialidad cuidada, con clases presenciales en algunos niveles de la ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Santiago del Estero y Jujuy. La provincia de Buenos Aires, con un elevado número de alumnos excluidos, tratará de avanzar más rápidamente con los alumnos que tuvieron menos contacto con los docentes el año pasado para reforzar aprendizajes. La provincia reúne al 37% de la matrícula escolar del país prevé reabrir el 1 de marzo 12.000 de las 16.000 escuelas.
En la CABA, cuyo gobierno desde el año pasado intentó adelantar este proceso, pero chocó con la oposición gremial y con el ministerio nacional, hoy iniciarán los chicos y chicas desde los 45 días hasta los 5 años, los primeros tres grados del nivel primario y educación especial, y 1§ y 2§ año de los colegios secundarios.
La ciudad de Buenos Aires tiene una matrícula de 720.000 alumnos y 82.000 docentes y no docentes. La Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y Ademys, rechazaron los protocolos. Paula Galigniana, vocera de UTE, advirtió que se presentarán en las escuelas para "dejar constancia en actas sino se cumplen las condiciones mínimas necesarias para la presencialidad". En tanto Ademys, resolvió un paro de 72 horas hasta el viernes.
En Santa Fe y Santiago del Estero lo harán los estudiantes de séptimo grado, quinto año de secundaria y sexto de las escuelas técnicas. El 21 volverán las clases presenciales para los alumnos secundarios y de escuelas técnicas de Jujuy, y el 1 de marzo la reapertura será en Buenos Aires, Salta, Tucumán, Catamarca, San Juan, San Luis, Mendoza, Santa Cruz, Entre Ríos, Córdoba, Chubut, Chaco, Corrientes y Tierra del Fuego; el 2 de marzo, en Formosa, el 3 en Neuquén y Río Negro, el 8 de La Pampa y La Rioja, el 9 de Misiones.
Con tapabocas y divididos en burbujas
“La escuela que teníamos en marzo pasado no está disponible ahora”, reconoció el ministro de Educación, Nicolás Trotta. La reapertura de las aulas pondrá en evidencia si el año de paralización de las aulas fue aprovechado para adecuar los edificios y la infraestructura a la nueva realidad.
En la ciudad de Buenos Aires, cada escuela se ajustará al protocolo, priorizando la presencialidad; se dividirán a los alumnos en “burbujas” y la máxima duración de una jornada escolar será de 4 horas y 15 minutos. Habrá intervalos entre curso y curso y el uso de tapabocas será obligatorio.
El protocolo santafesino se hará en cinco pasos: “lavado de manos y toma de temperatura, 90 minutos de clases, 30 minutos de recreo, otros 90 minutos de clases y lavado de manos y despedida”.
En el distrito bonaerense, habrá grupos de 15 personas, asistirán cuatro días por semana con jornadas de dos horas y el uso de tapabocas obligatorio para el nivel primario y secundario. En 4.000 escuelas rurales o suburbanas se dictarán clases a todos los alumnos todos los días.
Los alumnos denominados TED (trayectoria educativa discontinua) y TEP (trayectoria educativa en proceso) tendrán clases de apoyo en la mayoría de las provincias.
La expectativa por el retorno a las aulas es muy fuerte. pero no es simple. La división en burbujas o la concurrencia a distintos turnos no resolverá la plena integración de los niños y para los padres que trabajan, seguirá alterada la organización familiar, tal como sucede desde hace casi un año.