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Nuestro sistema republicano atraviesa horas aciagas. Nuestra propia idiosincrasia nos ha llevado a esto y los propios gobernantes están actuando a contramano de esa realidad. Pero siempre existen y seguirán existiendo caminos para revertir situaciones. Y esta no es la excepción. Uno de ellos, complejo pero viable, es el de generar una "conciencia constitucional", basada en el conocimiento, difusión y defensa del orden legal. Educar al soberano. Fue frase y consigna de Sarmiento que pone al pueblo como soberano de una nación, entendiendo que un pueblo educado es un pueblo soberano, es un pueblo libre y responsable de sus actos. Un pueblo que conoce sus derechos y despliega sus responsabilidades con sentido de justicia. En Salta debemos levantar esa bandera.
Para ello debemos incorporar en la currícula el análisis de los textos constitucionales con la profundidad y el alcance conforme a los niveles en los que sea incluida. No es momento de paños tibios sino, como diría un hombre de campo, "es momento de poner toda la carne en el asador". Y así deberá ser si queremos conformar una verdadera conciencia ciudadana, lo que es hoy una imperiosa necesidad.
¿De qué herramientas dispone hoy en día un joven para "graduarse de ciudadano"? De absolutamente ninguna. Esa es una innegable tarea de un Estado responsable.
Desde el Estado y a través de los claustros educativos sería muy conveniente como apoyo logístico la distribución de lo que podríamos llamar catecismos ciudadanos con los textos constitucionales y preguntas y respuestas que ayuden a su entendimiento conforme lo establezcan las autoridades educativas.
Algo debemos hacer y con premura para fortalecer nuestro sistema republicano y que mejor que hacerlo desde la educación que debe ayudar "al educando", el pueblo en este caso, construyendo una cultura que ayude a construir un conocimiento válido que le permitirá cambiar esta realidad con el fortalecimiento de nuestras Instituciones republicanas.
Las autoridades educativas tienen la palabra.