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Cuando decidió anotarse a la convocatoria para participar en una competencia de arbitraje internacional de inversiones (Foreign Direct Investment International Arbitration Moot), Damasia Klix Saravia (21) nunca se imaginó todo el trabajo que esto demandaría ni todos los frutos que daría.
La propuesta surgió desde la Universidad de San Andrés (Udesa), en Buenos Aires, donde terminó el tercer año de Derecho.
Junto a su equipo, integrado por Carola Albores, Solana Carregal y Sofía Guevara-Lynch; la salteña (segunda en la foto, desde la derecha) logró el tercer puesto en las rondas orales llevadas a cabo en el King's College de Londres. Además, le dieron un premio por resultar la número 16 entre 200 oradores.
Según explicó la joven, la Corte Internacional de Arbitraje interviene cuando un inversor extranjero demanda a un Estado por considerar que incumplió algún compromiso asumido a nivel internacional.
Luego de realizar el proceso de preselección dentro de la casa de estudios, la salteña resultó la más joven de las cuatro elegidas para participar. Desde marzo, cuando se conformó el equipo, y hasta noviembre último prepararon durante días y noches el caso que les dieron para resolver.
En un principio, eran 130 equipos de todo el mundo. Luego de una instancia clasificatoria, quedaron 70.
En septiembre, presentaron por escrito cómo harían la demanda y la contrademanda. Es decir, lo que plantearía la empresa y lo que respondería el Estado.
En noviembre, se realizó la parte presencial y el equipo viajó a Londres. En cada audiencia les asignaban un rol, que podía ser el Estado o el inversor: debían estar preparadas para ambos roles. Árbitros reales participaban en la simulación.
En solo una semana, pasaron casi todas las instancias y en semifinales perdieron contra una universidad de Polonia, que finalmente ganó la competición. La Udesa quedó en tercer puesto, seguida por la UBA, que quedó cuarta. Desde 2017, la casa de estudios que representan no pasaba la fase de grupos.
Colaboraron con ellas graduados de la Udesa que trabajan en el mundo del arbitraje, una profesora de oratoria y el socio de un estudio de Buenos Aires, que es el más grande de la Argentina y de Latinoamérica.
Damasia aseguró que esta competencia le demandó mucho trabajo durante todo el año: estudió los sábados, los domingos y todos los días de la semana para llegar al nivel requerido. "Me quemé las pestañas", confesó y valoró el apoyo de su familia, novio y amigas. "Me gustan mucho los desafíos y este fue el más grande", expresó y dijo que disfrutó "el proceso y, más aun, el resultado".
El obtener este logro le abrió puertas que no se imaginaba y le permitió contactarse con profesionales de todo el mundo que trabajan en derecho internacional. Desde distintos estudios que se dedican a estos temas la contactaron para sumarse a sus equipos. "No me esperaba toparme con esto tan chica", confesó.