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Claudia Zerda Lamas, abogada de una de las religiosas del convento San Bernardo que denunció por violencia de género al arzobispo Mario Cargnello, dijo que la demanda no se inició por un único hecho sino por “una actitud sistemática” y por reiterados “amedrentamientos que están viviendo las hermanas carmelitas”.
La abogada representa a la priora, que es la máxima autoridad en el convento, y habló esta mañana sobre la causa que se inició en el juzgado de Violencia número 3 y que puso a Cargnello bajo la lupa desde la semana pasada.
“Llegamos a la denuncia porque estamos en un punto límite de peligro, para poner fin a las amenazas y agravios del arzobispo”, manifestó Zerda Lamas.
Agregó que “es un problema de vieja data” y aseguró que la llegada de Mario Cargnello, en la década del noventa, significó un punto de inflexión en la buena relación que tenían hasta entonces las Carmelitas Descalzas con el Arzobispado de Salta.
“Las hermanas solo quieren vivir en paz, rezar, trabajar y que se las respete. Es una situación muy difícil de amedrentamiento que no daba para más”, manifestó la abogada a El Tribuno.
La denuncia de las religiosas que viven en el convento de clausura es por violencia física, psicológica y económica. Está asentada en el juzgado de Violencia Familiar y Género 3 y apunta contra otros dos religiosos además de Mario Cargnello: Martín de
Elizalde, obispo emérito, y Lucio Ajalla, vicario cooperador de la Catedral de Salta. Si bien a la presentación la iniciaron la priora y otra monja, hace referencia a una situación que también afecta a las demás religiosas.
Durante las celebraciones por Semana Santa Cargnello evitó referirse al tema y, consultado por este medio, dijo que no hará declaraciones sobre las denuncias en su contra.