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Pasaron dos años desde que la única exposición del Norte de la provincia, que desde hace más de tres décadas perdura en el tiempo, había tenido que bajar las persianas del Complejo Deportivo Municipal donde se realiza cada año a consecuencia de la pandemia de COVID-19.
Así, durante los años 2020 y 2021 los sanmartinianos se quedaron sin la posibilidad de mostrarle a todo aquel que quiera conocer un poco más el norte, el potencial de esta región.
El norte, todos lo saben, es difícil en muchos aspectos pero, como pocas regiones de la Argentina, ha sabido reconvertirse, adaptarse a las realidades vigentes y aunque eso haya traído muchos sinsabores, el norteño heredó de los inmigrantes que llegaron de lejanas tierras, del originario de esta agreste zona, esa impronta que lo caracteriza, que no le permite bajar los brazos y que lo hace buscar siempre una opción más, una posibilidad más de desarrollo para que los hijos de sus hijos y las generaciones venideras sigan queriendo a este lugar y produciendo más opciones, más desarrollo.
Hace 30 años, justo al organizarse aquella primera Expo Mosconi, el departamento San Martín vivía un momento difícil porque se terminaba una época marcada por la fuerte presencia de las empresas del estado como YPF y Gas del Estado entre otras, y comenzaba otra en la que la incertidumbre se adueñaba de la mente y del corazón de miles de extrabajadores de estas dos grandes empresas que generaban la mayor cantidad de fuentes de empleo genuino, muy bien remunerados y cuyos operarios habían sido desvinculados en forma paulatina.
En medio de ese cimbronazo, en medio de ese cambio en el que extrabajadores ypefeños pasaron a conformar sus propias cooperativas y pequeñas empresas para brindarle el servicio que la industria iba a seguir necesitando; cuando muchos otros exempleados y obreros no sabían hacia dónde caminar para seguir manteniendo a sus familias, darle estudios y un futuro a sus hijos, nació esa primera exposición.
"Había mucha tristeza, la gente conversaba en las esquinas del pueblo de Mosconi y la mayoría no sabía qué hacer porque se terminaba YPF, al menos para quienes por tantos años habían tenido asegurado un buen sueldo, asistencia médica en las clínicas y hospitales de YPF que había en Vespucio, Mosconi, Tartagal, Aguaray. El empleado y el obrero de YPF vivían muy bien, las vacaciones eran infaltables para toda su familia, tenían varias proveedurías donde compraban productos de primera calidad a muy buenos precios. Los que vivían en localidades como Vespucio o algunos barrios de Aguaray, contaban con viviendas de primera y por muchos años no supieron lo que era pagar un servicio de electricidad, de gas o teléfono. Todo eso se había terminado y debían hacer frente a lo que se venía", rememoró Isidro Ruarte, quien siendo un hombre con unos pocos años de militancia en el PRS, había asumido al frente de la Municipalidad del pueblo que más iba a sufrir ese rotundo cambio.
El actual jefe comunal continuó su relato recordando que "hacía poco tiempo que yo había asumido como intendente y veía que el ánimo de la gente era de mucha tristeza. Por eso, un día nos juntamos con unos amigos y planeamos hacer algo, no sabíamos muy bien qué. A uno se le ocurrió una kermese y así decidimos hacer una feria donde la gente exponga lo que sabía hacer y un festival al lado de los stands de los expositores. Me sorprendió que viniera tanta gente y que todos se queden al festival, a pesar de que en esta época del año hace mucho frío para nosotros".
En risas, relató que "no teníamos ni sillas para que la gente pueda sentarse a mirar el espectáculo, pero vino el querido Chango Nieto y, con él, otros grupos musicales. Lo organizamos en las instalaciones que había dejado SUPE".