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La urgencia de respuestas concretas

Jueves, 09 de febrero de 2023 00:00
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En la última columna explorábamos tres escenarios para tener en cuenta este año, sobre todo pensándolo en clave política. Lo hacíamos desde un el análisis global, nacional y también desde Salta.

En definitiva, como todo tiene que ver con todo, la realidad en Salta tiene un impacto particular, porque el manejo de las decisiones locales es tan importante como los efectos transnacionales de la política internacional.

Hay varias razones por las que el escenario de Salta es relevante. Vamos a mencionar dos: a nivel macro, el desarrollo de la industria minera puede ser una gran solución al déficit energético mundial, y dos, las ordenanzas que afecten a tu barrio tienen consecuencias mucho más directas que lo que se decida en Buenos Aires.

El poder local siempre es el más relevante en nuestras vidas, y puede (y tiene) poder de impacto en lo macro. En este sentido, este año será de desafíos profundos identitarios: ¿qué quiere Salta de su futuro? El despertar democrático que cumple 40 años también coincide con una dispersión extrema en el plano político local y un desacople generalizado con el microclima AMBA - céntrico.

En la última columna decíamos que un escenario moderado y lineal recaía en que todas las estrategias sean esclavas del día a día sin tener una visión para Salta a largo plazo y un camino para llegar a ella. Pero, si hubiese un cambio de gestión con perfiles políticos abocados a una visión de Salta dinámica, podríamos ver cambios significativos desde lo simbólico (como la presencia continua de actores políticos liderando problemas de siempre). Desde lo fáctico veríamos poco menos que nada por la ecuación de recursos de una provincia que depende de la coparticipación para mantener el escaso nivel de actividad e inversión pública.

Esa crónica falta de inversión pública y la falta de herramientas propias para diversificar ingresos es notable en los últimos 8 años, donde Salta retrocedió en índices de desarrollo económico por detrás de provincias aledañas.

Algunos señalarán los datos económicos del sector minero, que sí ha tenido un crecimiento exponencial. Pero los datos de la Secretaria de Minería de la Nación a septiembre 2022 marcan que el empleo total en ese rubro no supera los 4.000 puestos, y que el 33,7% es solo en servicios. Dicho de otra manera, el sector minero sin planificación para darle más valor agregado en Salta y con visión exportadora es una economía de extracción con severas consecuencias a futuro, incluyendo la crisis climática que necesita de planificación para ser mitigada.

País al límite

En este contexto, también es notable traer los datos actualizados del Edelman Trust, una consultora que mide opinión publica en 28 países con una muestra de 32.000 personas.

Los resultados del 2023 ponen a la Argentina como el país más polarizado en términos políticos. Claro que hay límites en una muestra, pero también sensatez al leerla sabiendo que señala algo que es clave: la dinámica política actual no es sostenible.

El límite es la crispación a los niveles que hoy alcanza el Perú. Permitirse una campaña electoral en la Argentina y en Salta solo para saldar puntos de desencuentros es un bien poco duradero, porque gobernar es el arte del acuerdo.

Es poco probable que si tu plataforma electoral fue la grieta, un Congreso dividido te dé quorum. Por eso es clave tener mucho cuidado en el análisis de lo que hoy sucede en Salta. Mas que cuidado, hay que tener prudencia. Si la crispación como plan no tiene futuro, tampoco lo tendrá la crítica fulminante a las construcciones alternativas.

Lo disonante es fácil de reconocer y hasta ridiculizar, pero refiere a una novedad, y como tal debe medirse en méritos y en las urnas.

Prefiero pecar de iluso a negar una construcción que puede tener correlato con el votante y, lo más importante, una visión y planes de gobierno. Es quizás allí donde está la cualidad necesaria para ser digno de análisis: pasando el discurso superficial, ¿qué visión y planes de gestión ofrecen? Me refiero a la letra chica y no a los anuncios desbocados que quedan en lonas o carteles. La importancia de construir un mensaje no pasa por el eslogan sino por lo que logra englobar y disparar como metodología de gobierno.

Por ejemplo, como caso paradigmático, el triunfo de Lula solo fue posible desde la construcción política diversa con la meta de relanzar a Brasil como potencia regional y actor relevante en el mundo, mostrando lo opuesto a Bolsonaro. No por nada, inclusive sin haber jurado, Lula participo de la reunión del Cambio Climático de Naciones Unidas en Egipto, como también eligió a la Argentina como primera parada oficial.

La letra chica de la oferta electoral es tediosa porque justamente al dar tanto detalle es posible perder a mucha gente en el camino. Igual, es clave. Y es un reto que tiene el candidato o candidata cuando debe resolver cómo exponer de manera simple las soluciones que pueden ser complicadas.


¿Hacia dónde vamos? 

Al mismo tiempo, si de algo sabe el ciudadano argentino es de simplificar lo complicado y obtener resultados desde lo difícil. Aún así, en la campaña electoral que arranca en Salta no debemos perder de vista que el que elige es quien decide. Y para decidir hay que verse reflejado en las propuestas de gobierno.

La capacidad de demostrar que se entienden los problemas es cuando la solución que te ofrecen es fácil de visualizar en un día normal. Por ejemplo, a los que propongan planes contra la inflación: ¿van a lograr que mi verdulero baje los precios?

A los que plantean problemas de inseguridad: ¿van a finalmente poner una garita policial en la esquina? A los que hablen de la importancia de la educación ¿me van a costar menos los primeros años de la facultad?

A los que se quejen de la infraestructura: ¿hoy voy a tener agua en casa? A los que hablen de concordancia política: ¿van a ser funcionales a la dinámica nacional cuando toque votar a la presidencia?

Recuperar el valor de la palabra, de los planes, de las promesas y ser justos electores pensando cómo me soluciona los problemas cotidianos lo que escucho en campaña electoral.

Quizás estas preguntas suenen bastante básicas al lector, lectora, pero son necesarias, y sobre todo ahora antes de que la contienda ofrezca desde lo más obvio a lo más extremo, como la desaparición del Banco Central o la violencia policial como respuesta a la protesta.

Prudencia para discernir con las herramientas de la vida normal, real de cada día. Si lo que vamos a escuchar en campaña no tiene correlato con nuestra realidad diaria, menos lo va a tener siendo gobierno, con la responsabilidad de transformar la realidad. Seamos cautos, prudentes e informados. Pero, por sobre todo, seamos exigentes.

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