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En las últimas horas los pesos argentinos comenzaron a desaparecer del comercio de frontera, pero, como es de suponer, no precisamente por ser una moneda preciada. Contrariamente a lo que podría ser un fenómeno lógico de la economía fronteriza, donde convergen modelos de economías y tipos de monedas que compiten por el valor más alto, el caso del peso argentino es paradigmático y está desapareciendo por un fenómeno más simple: los cambistas ya no quieren recibirlos. Las operaciones comerciales se están concretando en dólares o en pesos bolivianos.
Ayer en Bermejo, frente a la localidad argentina de Aguas Blancas, 100 bolivianos se cambiaban 10 mil pesos argentinos y en un momento dado las casas de cambio decidieron cerrar las operaciones entre estas dos monedas con el argumento de que estaban esperando las cotizaciones en relación al dólar. Pero todos los productos allí se estaban vendiendo en dólares.
Por la misma frontera, pero en el departamento San Martín, la explicación fue más honesta. "Los cambistas directamente no quieren recibir los pesos argentinos porque no tiene sentido; la moneda local no tiene valor. La gente llega con fajos de billetes de mil pesos para hacer compras de 1 o 2 millones de pesos y es mucho volumen para el poco valor que representa. Es por eso que comenzaron a desistir de recibir pesos argentinos para el cambio", explicó un cambista que operara entre Salvador Mazza y Yacuiba.
En las casas de cambio de la localidad boliviana de Bermejo no hay pesos argentinos. Minutos antes de que esto pase se cambiaban 100 bolivianos por 10 mil pesos argentinos y mucha gente llegaba a las casas de cambio con billetes de baja denominación. Los precios de los productos del otro lado de la frontera están en dólares o en pesos bolivianos.
Pero la realidad es que el rechazo se hizo más amplio y es por eso que los pesos argentinos comenzaron a desaparecer de la zona de frontera. En Bolivia no hubo actualización de las pizarras de cambio porque esperaban el precio del dólar en Buenos Aries para que los cambistas entren en operaciones. Eso ocurrió el lunes a las 17. Desde ese momento empezó el rechazo por la moneda argentina.
El minuto a minuto en el comercio
En las últimas horas, el comercio en el norte reflejó una paralización casi total. En Orán se vio que los supermercados remarcaron y muchos negocios cerraron porque no hay precios para los productos. El desabastecimiento en las góndolas se hizo sentir en el aceite y el azúcar.
En Salvador Mazza, en su mayoría, los comercios no vendieron nada en forma preventiva. Un aceite de 5 litros estaba el lunes a $3.000, pero pasado el mediodía decidieron no vender por especulación ya que los proveedores les habían anticipado a los comerciantes que iban a tener de entrada un aumento del 15%. El azúcar estaba a $660 el kilo y pasó a costar mil pesos en pocas horas.
Los bagayeros bolivianos que habitualmente cruzan la frontera para proveerse de mercadería argentina, no pudieron sacar los productos porque los comerciantes locales no querían vender y se volvían con las manos vacías por la negativa de los vendedores.
El poco movimiento que se registró el lunes y martes tuvo que ver con la mercadería acumulada desde el viernes y que no salió por el puente internacional. Algunos comerciantes esperaban el recambio de stock y estaban a la espera de los nuevos envíos de los proveedores. Mientras vendían a cuenta gotas, les informaban que no había precio para el próximo envío y luego, con la mercadería que ya estaba en tránsito les anticiparon en el camino que los productos tendría al menos un 15% de aumento.