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Más de seis millones de hondureños están convocados hoy a las urnas para elegir a un nuevo presidente, 298 alcaldes, 128 diputados y 20 representantes del Parlamento Centroamericano. En la contienda participan cinco partidos políticos y cuatro candidatos presidenciales, quienes buscan suceder a Xiomara Castro el 27 de enero de 2026.
Los principales contendientes son Rixi Moncada, del Partido Libre, Nasry Asfura, del Partido Nacional, y Salvador Nasralla, del Partido Liberal, quienes lideran las encuestas.
Moncada, la continuidad
Rixi Moncada, abogada y exsecretaria de Finanzas y Defensa, ha propuesto una "democratización de la economía" para corregir las fallas del mercado y reducir las desigualdades. Su propuesta incluye créditos a baja tasa, política industrial verde e inversión en ciencia y tecnología. Además, Moncada, que ha sido una figura clave en el gobierno de Xiomara Castro y fue fundadora del Partido Libre en 2011, promueve un estado activo para corregir los desequilibrios sociales.
El candidato de Trump
Nasry Asfura, actual candidato del Partido Nacional, defiende la estabilidad fiscal. Exalcalde de Tegucigalpa, Asfura ha sido una figura prominente en la política hondureña durante años, y con el respaldo del presidente de Estados Unidos., Donald Trump, quien ha elogiado su lucha contra el "narcocomunismo", busca regresar al poder con un enfoque en empleo, infraestructura y el fortalecimiento del sector agropecuario. Su propuesta se centra en una economía estable y proyectos de infraestructura productiva con un impacto inmediato.
Otro intento de Nasralla
Salvador Nasralla, conocido por su lucha contra la corrupción, se presenta por cuarta vez como candidato presidencial. Con un sólido historial en los medios de comunicación, Nasralla ha logrado captar seguidores gracias a su discurso contra la corrupción y la falta de transparencia. Exvicepresidente y exdesignado presidencial en el gobierno de Castro, Nasralla busca ahora unificar al Partido Liberal y llevarlo de nuevo al poder tras años de declive. Su enfoque está en atraer la inversión extranjera, crear empleos formales y modernizar la infraestructura.
Las elecciones representan una oportunidad para Honduras de superar los desafíos que enfrenta, incluyendo la creciente inseguridad, la corrupción y la pobreza estructural.