Este jueves fue hallada Priscila Quesada, la joven salteña que desapareció el viernes 16 de mayo en el norte provincial. Se supo que estaba en compañía de un hombre en la localidad de Aguaray y se descartó que esté embarazada, según indicó la cuenta de Fiscales Penales.
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Este jueves fue hallada Priscila Quesada, la joven salteña que desapareció el viernes 16 de mayo en el norte provincial. Se supo que estaba en compañía de un hombre en la localidad de Aguaray y se descartó que esté embarazada, según indicó la cuenta de Fiscales Penales.
Supuestamente la salteña de 20 años estaba embarazada de mellizas y su búsqueda era a contrarreloj. Y durante la tarde de esta jornada, la fiscal penal de Orán, Mariana Torres, informó que "se logró dar con el paradero de la joven (...) en compañía de un hombre". Uno de los datos que más llamaron la atención es que tras constatar su estado de salud, se descartó su posible embarazo.
"Será revinculada con su grupo familiar", agregó la cuenta.
Geolocalización, la clave para encontrarla
Fue tal el nivel de alerta y búsqueda desplegado en las últimas horas para dar con el paradero de Priscila que se activaron los mecanismos naturaales de búsqueda de personas en la provincia y el país, pero al mismo tiempo hubo una tarea de inteligencia que finalmente la que arrojó los resultados positivos en la búsqueda.
Fuentes ligadas a esta tarea confiaron esta noche a El Tribuno que las Brigadas de Orán y de Tartagal cruzaron datos y obtuvieron la geolocalización de las llamadas en las líneas que habian sido incorporadas a la investigación.
Con estos datos se pudo dar con el lugar exacto de donda partían las llamadas de los telefonos de la supuesta enfermera y otras líneas que seguían las pesquizas y que al parecer habian asido habilitadas por la propia Priscila Quesada.
El caso de Priscila Quesada
De acuerdo a su hermano Leandro, él dejó a Priscila en la puerta del hospital San Vicente de Paúl, en Orán, ya que tenía un cesárea programada. La familia asegura que Priscila estaba a punto de dar a luz, tenía siete meses de embarazo. Luego de su desaparición una supuesta enfermera contactó con los familiares pero luego se comprobó que la información que brindó era falsa.
Autoridades del hospital aseguran que la joven nunca ingresó ni se hizo controles prenatales en el lugar. Leandro, el hermano, dijo a El Tribuno que él incluso le tocó su pancita y aseguró que fue el último en verla ese día.