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Recorrer la obra de Caroline de Chaunac de Lanzac expuesta en el Museo de Arte Contemporáneo es una provocación a pensar en la fuerza de la fragilidad y en la fragilidad de las estructuras; en las fronteras y los vacíos, en el contenido y a qué costo.
Caminar la muestra a través de fotos, instalaciones, viñetas, oleos, papeles grafiteados es dejarse permear por los instantes captados para detener el tiempo que sin tanto papeleo recorre territorios y temporalidades.
Una materialidad que expresa lo frágil, lo fuerte, los no límites, el vacío y la pregunta sobre si para ser nómada es preciso aprender y si para ser nómada sin caminar es preciso seguir ciertas instrucciones qué daría ¿quién a quién? ¿La nómada a la nómada sin caminar?
Llamar "sedentario" a quien quiere moverse y no puede desplazarse no respetaría el estado de situación de quien con ansias de un mundo sin fronteras desearía estar aquí y allá, no sé dónde y en otro lado también.
¿Cómo es posible generar el movimiento sin el desplazamiento? ¿Cómo es posible aceptar y sostener el no ir a ningún lado con el cuerpo? ¿Qué hay de ese cuerpo nómade en un cuerpo no sedentario? ¿Qué hay afuera que muestra el interior? ¿Qué hay dentro que no se ciñe a las formas? El arte bien podría ser pregunta y respuesta frente a estas inquietudes.
Un buen día alguien detiene su marcha, planta una semilla o dos, observa amanecer los brotes, romper la tierra, estirar los brazos hacia el cielo, expandirlos entre cerros.
Entre colores ajenos y palabras nuevas aprende el discurrir de las estaciones en estas latitudes, el horario en que el sol sale y se oculta por las tardes, las lluvias llegando con abundancia y retirándose para apagar los verdes, agrietar los opacos, ocultar las luces.
Quizás un día sus pies descalzos tocando otro suelo recuerden este.
La muestra que lleva por nombre "Instrucciones para ser nómada sin caminar" se despide hoy del Museo de Arte Contemporáneo de Salta con visita guiada de la artista, a las 17.
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