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El fiscal penal de General Güemes, Gustavo Vilar Rey, imputó a un hombre de 60 años por los delitos de abuso sexual contra un animal y violación de domicilio en concurso real. La denuncia fue presentada por la dueña de la mascota, quien lo acusó de haber atacado a su perro en su ausencia. Vecinos de la localidad marcharon en repudio al hecho y exigieron sanciones más severas para los maltratadores de animales.
La propietaria del canino, de nombre “Rabito”, denunció a su vecino por un aberrante caso de abuso sexual ocurrido el pasado 27 de enero en el barrio Santa Rosa de Campo Santo. Según su testimonio, al regresar a su domicilio en horas de la tarde, encontró al hombre en el patio trasero de su casa, presuntamente abusando del perro. Al notar su presencia, el sujeto huyó del lugar.
El caso se viralizó en redes sociales, donde la dueña y diversos usuarios señalaron al hombre como el presunto autor del ataque. Ante la denuncia, una veterinaria examinó al animal y constató lesiones en la región anal, aunque no pudo confirmar con certeza su origen. No obstante, el informe médico certificó su mal estado de salud, reforzando las sospechas de agresión sexual.
El fiscal Vilar Rey sostuvo en la imputación que el acusado habría cometido un acto de abuso sexual contra el animal, causándole sufrimientos innecesarios y maltrato por mero espíritu de perversidad. Además, se lo acusa de violación de domicilio, ya que habría ingresado sin permiso a la vivienda tras atravesar un alambrado.
Durante la audiencia de imputación, el imputado brindó su versión de los hechos, aunque hasta el momento no se han dado a conocer detalles de su testimonio.
Marcha en pedido de justicia
La indignación por el caso movilizó a la comunidad de General Güemes. El pasado 31 de enero, alrededor de 150 vecinos marcharon por las calles de la ciudad exigiendo justicia por Rabito y mayores sanciones para los maltratadores de animales.
La movilización recorrió calles aledañas a la plaza central y finalizó frente a la veterinaria de la familia Salcedo, donde el perro fue atendido. En un emotivo momento, Rabito fue sacado hasta la vereda para recibir el afecto de los manifestantes.
“Queremos que haya justicia, que el abusador pague por lo que hizo y que esto no se repita. Necesitamos leyes más duras contra el maltrato animal, porque hoy las sanciones son irrisorias. Queremos que los concejales trabajen en una ordenanza con castigos ejemplares”, expresaron las proteccionistas que organizaron la marcha.