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Familiares, compañeros y amigos se congregaron esta tarde frente a la Catedral Basílica, en la Plaza 9 de Julio, para exigir justicia por David Corimayo, un joven de 42 años que perdió la vida tras recibir una brutal golpiza. El violento ataque, que habría comenzado con una discusión de tránsito, terminó con David siendo perseguido y agredido por una patota. Fue trasladado en código rojo al Hospital San Bernardo, aunque sus familiares denunciaron falencias en la ambulancia que lo trasladó. David falleció dos días después y sus órganos fueron donados, salvando otras vidas.
David era kinesiólogo, profesor de Educación Física, agricultor y elaborador de vinos artesanales. Además, ejercía como ministro de Eucaristía en la comunidad de La Paya. Era muy querido por su vocación de servicio, su compromiso con el prójimo y sus valores humanos.
Su hermana, Graciela Corimayo, habló con emoción y determinación: “Pedimos justicia para David, para que este caso no quede impune. Que paguen los verdaderos culpables, uno o dos, pero que paguen. Él no merecía esto, era una buena persona. Le pedimos al fiscal que investigue a fondo y que se haga justicia”.
El fiscal a cargo confirmó que hay una persona detenida, pero que la investigación continúa en plena etapa de recopilación de testimonios y análisis del caso. Respecto al episodio, explicó que el conflicto se originó cuando un auto obstruyó una calle, generando molestias que derivaron en la persecución y agresión contra David.
El hecho violento ocurrió el viernes 2 de mayo.
Además, los familiares denunciaron las deficiencias del sistema de salud de Cachi. “Nos informaron que la ambulancia de Cachi no está equipada para emergencias de esta gravedad y que David debió ser trasladado monitoreado a la capital. Pedimos al gobernador (Gustavo Sáenz) que mejore la salud en Cachi, que disponga de ambulancias adecuadamente equipadas y que la policía cuente con vehículos en condiciones”, expresó Graciela.
Zulma, prima de David, manifestó su profundo dolor: “Es un sufrimiento muy grande lo que pasó. Nunca imaginamos algo así. Era un chico humilde que dejó muchas cosas lindas. No merecía esto. Pedimos justicia para que no quede impune y que se detenga a quienes hicieron esto”.
El caso conmocionó a toda la comunidad de Cachi y a quienes conocieron a David, un hombre dedicado a ayudar a los demás, que hoy esperan que la justicia actúe con celeridad y eficacia.