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La imagen de la casa en el cruce de Río Jáchal y Chañar, en el barrio Villa Vatteone de Florencio Varela, se viralizó tras conocerse que allí fueron torturadas y asesinadas Lara Gutiérrez (15), Brenda Del Castillo (20) y Morena Verri (20). La vivienda, que hasta hace pocas semanas pasaba desapercibida, se transformó en el epicentro del triple crimen que sacude a la provincia de Buenos Aires.
Según fuentes de la investigación, en el jardín trasero del inmueble fueron enterrados los restos de las tres jóvenes. Dos de los cuerpos estaban dentro de bolsas de residuos y tapados con escombros. En distintos sectores del terreno se hallaron restos de ropa, objetos quemados y materiales de construcción.
Las pericias preliminares indican que la casa habría sido alquilada por los principales sospechosos del caso —Miguel Ángel Villanueva Silva e Iara Daniela Ibarra— y utilizada como centro de tortura y asesinato. La hipótesis de los investigadores es que la banda trasladó a las víctimas al lugar para mantenerlas cautivas antes de asesinarlas.
El impacto social se agravó cuando, tras la difusión del caso, se vio por televisión cómo un hombre ingresó libremente a la vivienda sin consigna policial y salió con una bolsa de objetos. La falta de custodia en la escena fue duramente cuestionada por vecinos y familiares de las víctimas.
Imágenes difundidas por los medios muestran un interior precario y desordenado, con paredes manchadas de sangre, juguetes rotos y un muñeco de trapo tirado en el piso. Afuera, el patio trasero y un galpón improvisado se convirtieron en foco de la recolección de pruebas por parte de los peritos de la Policía Bonaerense.
El fiscal Gastón Dupláa indagará en los próximos días a los detenidos para reconstruir cómo se produjo el crimen y por qué se eligió esa vivienda como escenario. Mientras tanto, los vecinos de Villa Vatteone piden justicia y mayor seguridad.