¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
24 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

La familia "Gatitos" cuentan cómo es crecer y vivir el día a día en un circo

Son quinta generación de payasos, nacidos y criados para ser parte de la alegría de los más chicos de la casa. 
Domingo, 12 de enero de 2025 01:28
Fotos: Pablo Yapura

Sin dudas las personas que viven en los circos llevan una vida poco convencional. El nomadismo está en las raíces del mundo circense y eso puede no estar asociado muchas veces a "formar una familia". La familia Gatitos, establecida en el Circo Rodas, viene a romper con esos esquemas que erróneamente piensan que familia y circo no son compatibles. Compuesta por cinco generaciones de payasos, para ellos es una forma de vida, una pasión heredada que recorre décadas, territorios y corazones.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Sin dudas las personas que viven en los circos llevan una vida poco convencional. El nomadismo está en las raíces del mundo circense y eso puede no estar asociado muchas veces a "formar una familia". La familia Gatitos, establecida en el Circo Rodas, viene a romper con esos esquemas que erróneamente piensan que familia y circo no son compatibles. Compuesta por cinco generaciones de payasos, para ellos es una forma de vida, una pasión heredada que recorre décadas, territorios y corazones.

"Somos quinta generación de payasos de circo", cuenta orgulloso uno de los miembros de este grupo oriundo de Chile. "Papá, abuelos, tíos, primos… todos somos payasos", agrega, mientras subraya lo que para él es una suerte de legado familiar, que se extiende por Chile, Argentina, Brasil, Bolivia y Estados Unidos. Esta familia no solo está llena de payasos, sino también de trapecistas, malabaristas, contorsionistas, equilibristas y hasta fabricantes de las tradicionales lonas de circo.

Los recuerdos de la infancia de los miembros de la familia son inconfundibles: "Yo crecí con elefantes, tigres, osos, camellos y caballos", relata Gatito, añorando la magia del circo clásico "aquel que se montaba sobre el aserrín y la lona". A pesar de que los tiempos cambiaron y el circo se modernizó con tecnología él cree que "puede cambiar de estilo o estética pero sigue siendo el gran entretenimiento para toda la familia y todas las edades".

En este ambiente tan particular, al que muchos de pequeños soñamos unirnos, Gatita se formó. "Es hermoso trabajar con ellos, aprender de ellos. Te enseña cosas muy lindas", comenta con una sonrisa.

A sus cortos 16 años, Gatita ya sabe lo que es el esfuerzo y la disciplina, ya que además de actuar, también estudia. Este es un aspecto que a muchos les genera curiosidad, gracias a la Ley Golondrina "cada escuela nos da un pase y con eso podemos continuar nuestra educación mientras vamos de ciudad en ciudad", explica Gatita.

Fotos: Pablo Yapura

Aunque la vida de circo les exige constantes viajes, también les permite hacer amigos por todo el mundo. La capacidad de Gatita para socializar le ayuda en este aspecto fundamental para el desarrollo de un adolescente.

Sin embargo las despedidas son lo más difícil para Gatita, ya que el momento de levantar la carpa y partir rumbo a otro lugar significa también dejar atrás amigos, paisajes y espacios que, por un tiempo, se vuelven su hogar. "Es triste porque uno se encariña mucho con las personas, pero el circo es así, siempre estás en movimiento", concluye la joven payasita.

"Uno se encariña con las personas, pero es así, movimiento"

El amor también juega un papel importante en la vida de los jóvenes del circo. Gatita, por ejemplo, está de novia con un chico que también es parte del mundo circense. Aunque él trabaja en un circo diferente, ambos se mantienen en contacto por redes sociales y se encuentran en eventos "nos organizamos para vernos y cuando él tiene tiempo, viene a visitarme", comenta.

Por su parte, el patriarca de la familia, el payaso Gato, se siente profundamente orgulloso de ver a sus hijos y nietos seguir con la tradición. Con 78 años, es uno de los payasos más experimentados y longevos en la escena argentina. "Soy uno de los payasos más grandes que está trabajando en este momento, y me siento muy bien. No pienso dejarlo. El circo es mi vida", afirma. Su esposa y la abuela de Gatita, ya dejó el trabajo activo en el circo, pero sigue siendo un pilar fundamental para la familia, encargándose del vestuario y el maquillaje de los artistas.

Así, mientras el Circo Rodas recorre el país, llevando su magia y risas a miles de personas, los Gatitos continúan con su legado. Estarán en la ciudad de Salta solo por 12 días en el estacionamiento del estadio Martearena. Las entradas están disponibles en la boletería del circo desde las 10 de la mañana y también de forma online en https://circorodas.com.ar/. Hay funciones de lunes a miércoles a las 22 y de jueves a domingo a las 19.30 y 22.

Fotos: Pablo Yapura

 

 

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD