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20 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Carta del lector

Carta del lector

El 14 de setiembre La Nación publicó un artículo de Gabriel Sued sobre el dirigente kirchnerista “Wado” de Pedro.

 Este periodista al referirse a los padres de de Pedro, los definió como “dirigentes peronistas desaparecidos”, cuando en realidad eran militantes terroristas de la “orga” Montoneros con unos cuantos crímenes en su haber. ¿Olvido o curarse en salud ante el síndrome post PASO?, ¿Desconocimiento de la historia o tergiversación interesada?

Nada de eso, no creo que a Sued le haya atacado el síndrome de marras ni que su interés sea tergiversar la historia, al fin y al cabo lo que siempre sale a luz, y más hoy con las redes sociales, es la verdad y un terrorista será siempre un terrorista por más “plaquita” que tenga con su nombre en un parque dedicado a la fantasía histórica; sin embargo él, al igual que muchos de sus colegas, está atacado, seguramente, por la fiebre de la corrección política que hace que pongan, más allá de la fisiología, su “corazoncito” del lado izquierdo.

No creamos en nuestra soberbia que es un problema argentino. Esta es una enfermedad mundial que se centra en los periodistas y en los políticos; no hay posibilidad de credibilidad en unos y de éxito en los otros si no ofrecen diariamente su acto de contrición ante el altar de la corrección política.

 Ya lo hemos visto, si en la Amazonia se queman 2,5 millones de has. de selva el mejor adjetivo que puede esperar Jair Bolsonaro es malparido; en Bolivia llevan quemadas desde agosto más de tres millones de has. pero Evo Morales, mestizo e izquierdista, sigue siendo un “benefactor de la humanidad”.

Es lo que hay. Con el tiempo, hasta es posible que los padres de “Wado” de Pedro sean beatificados y esto podría ser culpa de Sued, pero solo tangencialmente; mientras tanto, un argentino que nunca llegará a los diarios pues era solo un humilde cabo de aeronáutica -Julio Narciso Flores se llama- seguirá preso ya que los sicarios jurídicos han dispuesto que pese a tener en ese momento diecinueve años y ser, jerárquicamente, un poco más que un colimba, tiene, según ellos, responsabilidad grave en una serie de “detenciones ilegales” en 1978, y sobre él, no habrá un periodista que escriba.

Por José Luis Milia San Isidro (Bs. As.)

Sr. Director: El día 28 de agosto de 2019 se publicó en este medio, en la sección “Opinan los lectores”, una carta en la que solicitaba al comisario de San Lorenzo que, por favor, haga algo respecto a los sucesivos robos que se cometen en la localidad y en particular respecto a dos asaltos de los que fui víctima. Pues bien, la semana pasada fui convocada por la policía de San Lorenzo para informarme que uno de los ladrones está detenido y para devolverme lo que me sustrajeron en el último robo. Ante esa respuesta quiero expresar mi conformidad por el modo y la rapidez con los que la Brigada de Investigaciones actuó y resolvió este hecho delictivo. Aún cuando sé que lo que hicieron fue cumplir con su deber, siento que corresponde mi reconocimiento público hacia ellos y hacia la persona del comisario de San Lorenzo. 
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Por Roxana Ortín San Lorenzo (Salta)

Les envío esta carta que dirijo a las autoridades del Poder Judicial de Salta y que deseo sea de público conocimiento en nuestra sociedad. Creo firmemente en el derecho a la libertad de expresión y en el derecho a peticionar a las autoridades y exigir que los derechos fundamentales de los ciudadanos sean respetados. También creo, con no menos convicción, que es un deber el de denunciar públicamente situaciones de violencia y de cuestionar la labor de los funcionarios públicos, para preservar la seguridad jurídica general.
 Si está dentro de sus posibilidades apoyar este reclamo publicando mi carta se los agradecería inmensamente, y sepan que colaborará para poner fin al sufrimiento de miles de niños y familias, no sólo en nuestra provincia sino en todo el mundo, que viven el mismo calvario que yo.
Espero que estas líneas, toquen el alma y el corazón funcionarios públicos, para preservar la seguridad jurídica general Espero, que estas líneas, les toque el corazón y la consciencia a los funcionarios públicos, para preservar la seguridad jurídica general. Todo dependerá de ellos, para el bien de nosotros.

Por Nicolás G. Mazzaglia Salta capital

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