Carta del lector

Señor Director: en Salta, distintos sectores de la sociedad y de la prensa han planteado una discusión insólita: saber cual es la empresa u organización privada que más empleados tiene en la provincia.

Algunos dicen que es el Ingenio El Tabacal, fundado en 1918; otros que es la Universidad Católica de Salta, fundada en 1963.

Aquí, lo único cierto es que ambas instituciones fueron pensadas y creadas por Robustiano Patrón Costas.

Discutamos todo lo que quieran, pero no dejemos de tener memoria y recordemos las cosas importantes.

Es la única manera que conozco de tener un presente y un futuro: honrando e imitando a las generaciones que forjaron para bien nuestro país.

Se acercan las fiestas de fin de año, Navidad y Año Nuevo, y me gustaría llegarle a la gente para que no tiren piroctenia ruidosas y con fuertes explosiones. Que utilicen fuegos de artificios de luces y otros similares para evitar dañar a los niños y a los animales, quienes son los que más sufren para estas fechas.

Las explosiones pirotécnicas son ruidos realmente molestos y que a menudo causan el miedo y el pánico en los niños y en los animales causándoles reacciones incontroladas y peligrosas, deberían regularse de alguna manera y más ahora que existen alternativas más respetuosas.

Los daños que provocan en animales domésticos y animales salvajes, con estas explosiones repentinas, son incontrolables a veces. Las colonias de aves que se encuentren descansando, cuando escuchan las explosiones, tienen la reacción de escapar que, combinado con la falta de visibilidad, y en algunos causa la muerte de muchos ejemplares que colisionan con las estructuras urbanas (casas, farolas, coches, etc.) durante los vuelos de fuga.

Me indigna. Es que la cosmovisión occidental ha sido copada por el relato totalitario de la izquierda y para la cual los crímenes son de derecha o no son.

El ataque al ministro de Seguridad de la provincia de Salta, Juan Manuel Pulleiro, por parte de la izquierda es una vuelta de tuerca más en su metodología sistemática de mentir y, en este específico caso, también de jaquearle la gobernabilidad y/o marcarle la cancha al recién asumido gobernador Sáenz. Es que el cuestionamiento a Pulleiro se funda en que este, en su desempeño como comandante de la Quinta Brigada con asiento en Salta, celebró un homenaje al combate de Manchalá y, como si fuera poco, restituyó el monumento que había sido demolido por la acción de unos individuos que no merecen llamarse salteños. Doce soldados salteños conscriptos, enviados a Tucumán en mayo de 1975 por el gobierno peronista, para defender la democracia y el territorio nacional se defendieron y repelieron un ataque sorpresa de 120 terroristas del ERP y resulta que unos descastados salen por todos los medios a repudiar y perseguir a quien reivindique la acción de ese puñado de valientes salteños ¿Desde cuándo las personas son perseguidas por sus buenas acciones? Reivindicar el combate de Manchalá para los salteños, pero también para los argentinos, se ha convertido en una cuestión que va más allá de contar a nuestros niños lo que exactamente sucedió ese 28 de mayo de 1975 en dicha localidad; y es que ya no se trata sólo de establecer la verdad histórica por sobre la mentira inventada maliciosamente; se trata, también, de no dejarse atropellar por estos matones de feria que pretenden que aceptemos sus mentiras históricas con mansedumbre de pusilánimes. Lo que está en juego no es sólo el valor de la verdad sino también si estamos dispuestos a pelear por ella o si somos una sociedad de borregos. Y si algunos jueces en sus fallos dicen que el Operativo Independencia, marco de guerra del combate de Manchalá, fue un acto genocida, entonces no merecen el título ni el honor de tales. Hoy por hoy, reivindicar el combate de Manchalá es decirles a quienes lo repudian que no somos como ellos, que queremos una sociedad mejor y que estamos dispuestos a combatir por ella (el asunto pasa por si hay suficientes salteños para conseguir quórum).