Somos muchos los amigos y excompañeros del profe Raspi que estamos compartiendo el dolor de su desaparición.
Fue el primer director del Colegio Batalla de Salta. Se jubiló como profesor Consulto de la UNSa.
También trabajó en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNJu. Y en el Instituto Padre Gabriel Tommasini, en San Francisco. Su especial don de gentes y su carácter jovial y jocoso lo caracterizó toda su vida, pero en especial fue un docente de alma, de los de antes, por lo que fue idolatrado por sus alumnos y exalumnos.
Su figura no quedará en el olvido en el ámbito docente porque fue mucho lo que entregó por esta actividad a lo largo de sus años.
Compartí -tuve esa suerte- una larga amistad y, también, vecindad desde hace más de cuarenta años.
Por eso me atrevo a asumir la representación de muchos colegas que siempre lo apreciaron y ahora lo extrañaremos. ¡Descansa en paz, querido amigo Eduardo y recuérdanos desde tu eternidad!
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