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28 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
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Carta del lector

Carta del lector

El tema de la falta de inversión en el sistema educativo en Salta viene de larga data. 
Las escuelas en Salta funcionan por milagro. Es notorio y público que el Estado provincial solo las asiste económicamente a través del sueldo a docentes y no docentes. 
Los costos de funcionamiento de las escuelas son sostenidos en su mayor parte por las asociaciones cooperadoras de las escuelas, cuyos aportes realizan los padres de los alumnos. Al decir esto, me refiero a la compra de insumos como tiza, borrador y otros elementos imprescindibles para la tarea pedagógica. 
En cuanto a los edificios escolares, se puede observar el importante deterioro de aulas, pasillos y fundamentalmente los baños. 
Si pensamos en nuestros niños y jóvenes, ellos merecen tener instalaciones educativas en estado adecuado, es decir con infraestructura adecuada, pintadas, mantenidas, lo cual no ocurre. 
Un docente de Salta preguntará cómo podrá implementar los protocolos para impedir la propagación del COVID-19, si en épocas normales tiene que comprar, con dinero de la cooperadora o con el que aportan los propios docentes, lavandina u otro insumo para limpieza! 
Esto, además de la falta de personal de limpieza en los centros educativos. Basta con ingresar a las escuelas para verificar el estado de los edificios y el mobiliario, además del descuido del predio en donde se ubican las escuelas. 
La educación y la salud son inversión, y no gasto. La educación proporciona beneficios futuros a la sociedad, una idea que los dirigentes parece no quieren comprender en toda su dimensión.
Escucho en la actualidad comparar a nuestro sistema educativo con otros que funcionan en países desarrollados, y se preguntaban por qué las clases no iniciaban en Argentina. 
Pues bien, la explicación sencilla es, porque nuestro sistema educativo no está en condiciones ni en infraestructura ni en su financiamiento para hacerlo. 
Ni qué decir del transporte, cuyo abordaje necesitaría varios capítulos, como así también la falta de cobertura de cargos vacantes. 

Por Cecilia Mena de Méndez - Salta 

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