En el Bicentenario del fallecimiento del gaucho Martín Miguel de Güemes, único general caído en batalla durante la guerra de la independencia, se priorizaron los intereses políticos por sobre la historia, tradición y cultura de un pueblo. La decisión del gobierno del COE y del Gobierno provincial de Salta fue suspender el desfile y limitar la guardia bajo las estrellas debido a “la pandemia”. Momentos antes de la medianoche el monumento yacía oscuro y cercado a dos cuadras a la redonda. Las luces se prendieron al aparecer el presidente Alberto Fernández junto al gobernador Gustavo Sáenz y abrieron las vallas para que se acercaran militantes afines al kirchnerismo. Prohibieron los gauchos habilitando manifestaciones peronistas. Acto político hecho a medida de intereses partidarios. Una ironía para rememorar a un prócer que, tendido en su lecho de muerte, rechazó atención médica realista, títulos de nobleza y, en presencia del enemigo, hizo jurar sobre su sable a sus segundos comandantes que nunca se rendirían y pelearían hasta que esta Patria quedara libre de tiranos.