Gustavo Guardo entró en el mundo de la medicina en 1983. Un año después, comenzó su especilialización en Salud Mental en el hospital Italiano. Desde entonces no se alejó un centímetro de allí. En diálogo con El Tribuno, advirtió lo dificil que es para un enfermo mental rearmar su entorno social cuando la sociedad no está preparada para eso. “No quieren hablar del tema”, aseguró.
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Gustavo Guardo entró en el mundo de la medicina en 1983. Un año después, comenzó su especilialización en Salud Mental en el hospital Italiano. Desde entonces no se alejó un centímetro de allí. En diálogo con El Tribuno, advirtió lo dificil que es para un enfermo mental rearmar su entorno social cuando la sociedad no está preparada para eso. “No quieren hablar del tema”, aseguró.
¿Cómo surge el Proyecto Suma?
El Proyecto Suma es una ONG cuyo objeto social es el tratamiento y la reinserción de personas con problemas de salud mental. Hay algunas enfermedades que provocan crisis y hacen que las personas queden aisladas de sociedad y pierdan, incluso, el trabajo. Pierden la inclusión. Entonces, los tratamientos actuales apuntan desde los psicológico a lo farmacológico - con todas las terapias que hay- a disminuir los síntomas de la enfermedad. Y después, ¿con qué nos encontramos? Nos encontramos con que la persona queda un poco aislada de su función social. Nosotros pensamos que los verdaderos tratamientos en estos casos deben incluir -si o si- la inclusión social de las personas. Desde Suma tratamos de ayudar a incluir a estas personas tanto en lo laboral como lo social. Una de las cuestiones que hacen a la problemática de la salud mental es el tema del estigma. Estas personas quedan con una especie de marca que les atribuye la sociedad, que les impide poder sentirse seguras la hora de tener una entrevista. Sentirse seguras a la hora de tener una relación. Son apartados. Los medios a veces también usan los términos de salud mental como insultos, entonces el tema del estigma es todo un problema a la hora de la rehabilitación. Nos encontramos con que la sociedad no está receptiva o abierta para hablar de esta temática.
¿Cuál es su balance sobre el avance de salud mental en el país?
Con las personas que consultan, está muy bien. Por ahí, lo más difícil es tratar a la sociedad. Es difícil porque es un tema tabú, no todos los periodistas tienen en su agenda el tema de salud mental. Salta y Buenos Aires son ciudades populosas y además tienen el tema del tránsito de drogas. Nosotros pensamos que los adultos están totalmente incapacitados para poder moverse de sus esquemas, por eso tratamos de hacer campaña con los jóvenes. Desde Suma realizamos campañas sobre salud mental en las escuelas para tratar de eliminar los tabúes. Dentro del marco de esas campañas tenemos una muestra, que se realiza anualmente que se llama Sumarte. Este año la muestra será en la Fundación Malba el 23 de octubre. En este caso exponemos las obras artísticas de los talleres que tenemos en el Proyecto Suma junto a la obra de artistas reconocidos y solidarios. En una muestra que nosotros llamamos de enmascaramiento. Toda la obra está expuesta sin que se sepa quién es el autor. Esto hace que la gente recorra la muestra y disfrute de las obras sin rótulos. Esto es un ejercicio que hacemos para quitar los prejuicios de encima y que en todo caso se elija de acuerdo a lo que le gusta. Y nos encontramos muchas veces con que la gente se lleva las obras de los artistas del Proyecto en lugar de los artistas profesionales.
¿Tienen sedes en alguna provincia?
No. Pero hay muchos lugares que trabajan con la misma inspiración. En nuestra aspiración está la de vincularnos con algunas otras ONG del resto del país que trabajen con esta concepción y poder ligar a distintas organizaciones que se dediquen al tema de salud mental.
¿Cuáles son las afecciones más comunes en la población argentina?
La estadística dice, a nivel organizacional de la salud, que 1 de 4 personas adultas tiene algún problema de salud mental. Esta es una cifra bastante importante. El principal problema -que se vislumbra como preocupante- es el tema de la depresión. Tanto la depresión como el trastorno por ansiedad -ataques de pánico y bipolaridad- son los cuadros más frecuentes.
“Desde el Proyecto Suma realizamos campañas sobre salud mental en las escuelas para tratar de eliminar los tabúes”.
¿Existe una buena atención desde la salud pública?
El problema de la salud pública es que no hay programas generales porque cada provincia tiene su propio plan de salud, lo que hace que prácticamente se dé en forma segmentada la asistencia. Creemos que desde la reforma de la ley de salud mental va a haber una mejor tratamiento. Que aparte del uso de los psicofármacos incluyan al menú terapéutico la inclusión social. Creemos que hay una tendencia en ese sentido a nivel nacional.
¿Sigue vigente la internación?
No, la reforma de salud mental ha modificado eso. Apunta a restringir al mínimo la privación de la libertad.
En la reforma del Código Civil se hace mención a la ley de salud mental y a la de incapacidad. ¿Hacen falta más cambios?
Creo que hay mucho para revisar. En general vemos con muy buenos ojos todos los intentos de reforma para tratar de ser menos paternalistas y dar más libertad a las personas. Igual hay mucho para revisar. Pero lo que pasa es que hay una gran brecha entre las leyes y la implementación. Falta el aceitamiento entre la ley y la norma práctica. Falta ida y vuelta. Falta diálogo.
Arte para la integración
El martes próximo, 23 de octubre, los artistas del Proyecto Suma se unirán a otros grupo de artistas solidarios en una muestra de arte que se realizará en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). Así, Proyecto Suma llevará a cabo la tercera edición de Sumarte, exposición de arte a beneficio, donde artistas consagrados y artistas del taller de arte de Suma exponen sus obras sin develar la identidad del autor.
Esta gran muestra colectiva reúne obras de artistas surgidos del taller de artes visuales de Proyecto Suma, a cargo de Sergio Eisen, junto a obras de artistas consagrados. Todos los trabajos se exponen sin nombre, configurando un verdadero juego sorpresa en el que el comprador elige su obra preferida sin saber quién es el autor.
“Estoy convencido de que el trabajo artístico es reparador” manifestó Eisen.