“Se puede escuchar música en los ómnibus, pero solo con auriculares, porque no tenemos derecho a afectar a alguien que no tiene ganas o, por cuestiones de salud, no puede hacerlo”.
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“Se puede escuchar música en los ómnibus, pero solo con auriculares, porque no tenemos derecho a afectar a alguien que no tiene ganas o, por cuestiones de salud, no puede hacerlo”.
Así se expresó la responsable de la Autoridad Metropolitana de Transportes, Adriana Pérez, al ser consultada sobre las medidas que se pueden tomar para solucionar esa problemática que es habitual en los colectivos que circulan por la ciudad y para la cual, hasta ahora, no hay solución.
Se trata de una realidad que cada día provoca más molestias en los pasajeros. Incluso, en muchos casos es motivo de duras discusiones entre quienes portan los celulares y los afectados, ya que hasta ahora no se sabe a quién recurrir para que se logre acallar aquellos ruidosos aparatitos, generalmente utilizados por chicos y adolescentes.
Adriana Pérez dijo que la disposición está vigente desde el año pasado, pero admitió que faltó difusión.
“A partir de ahora se va a realizar una campaña de concientización, que comenzará con la colocación de carteles en los colectivos, en los que se indique que no se puede escuchar música sin auriculares”, afirmó Pérez.
Sobre los conflictos que se producen entre los pasajeros por ese tema, la funcionaria dijo que “es una cuestión de sentido común respetar a quienes comparten un espacio público. No se puede distraer al chofer para que haga este tipo de controles”, afirmó.
Normas de convivencia
La situación que se vive hoy en los colectivos urbanos muestra la falta de concientización sobre algunas normas básica de convivencia.
“La caballerosidad poco a poco se va perdiendo; hoy vemos jóvenes sentados cómodamente mientras hay mujeres, de todas las edades, que tienen que viajar colgadas de los pasamanos, con la incomodidad y el riesgo que ello conlleva”, se quejó un pasajero. Otra de las situaciones que se ven a diario en los ómnibus es que a pesar de los carteles que anuncian que los asientos de adelante son para personas con algún tipo de discapacidad, y que en el resto tienen prioridad los mayores y las mujeres, esto, generalmente, no se cumple.