Ayer, al cierre de esta edición, la justicia fueguina requería actuaciones en una provincia de la zona cordillerana, para corroborar los datos que recibió el 9-1-1 en Salta sobre el supuesto paradero de Sofía Herrera, la pequeña que desapareció en un camping de Río Grande, hace cuatro años, con tres de edad.
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Ayer, al cierre de esta edición, la justicia fueguina requería actuaciones en una provincia de la zona cordillerana, para corroborar los datos que recibió el 9-1-1 en Salta sobre el supuesto paradero de Sofía Herrera, la pequeña que desapareció en un camping de Río Grande, hace cuatro años, con tres de edad.
Un ciudadano cordobés de identidad conocida, aunque reservada, hizo el llamado el martes último cerca de la medianoche. Tras señalar las razones que lo motivaron a exponer hechos de su conocimiento en Salta y no en Córdoba, el informante aportó una serie de datos concretos sobre la provincia, localidad y los presuntos apropiadores de la pequeña.
En las primeras horas de ayer, el Ministerio de Seguridad de la Provincia remitió el informe a la División Trata de Personas, la cartera de Derechos Humanos y a las autoridades judiciales de Tierra del Fuego que investigan la desaparición de Sofía.
Al cierre, fuentes cercanas a la investigación señalaron a El Tribuno que el juez de la causa, Eduardo López, y el fiscal actuante, Guillermo Garone, ya habían requerido actuaciones en la jurisdicción señalada por el informante de Córdoba. En esa provincia, justamente, se descartó la semana pasada una vinculación que hizo palpitar corazones, en todo el país, por algunos días. Un vecino de villa Cura Brochero había dado aviso a la policía, en la presunción de que una niña de 8 años, que vive con su madre adoptiva en esa localidad, podría ser Sofía. Esto fue finalmente descartado y se abrió otra causa para conocer quién es, entonces, la nena conocida allí como “La peruanita”.
En estos cuatro años de búsqueda sin respiro la mamá de Sofía, María Elena Delgado, chocó mil veces con esperanzas y desilusiones. En el camino se encontró con infinidad de gente bien dispuesta, pero también con chantas disfrazados de videntes, oportunistas en busca de dinero e informantes inescrupulosos que minaron el camino con pistas falsas e historias inventadas.
Sofía desapreció el 28 de septiembre de 2008 en el camping John Goodall, localizado a 60 kilómetros de la ciudad de Río Grande, en Tierra del Fuego. Su familia paseaba en compañía de un matrimonio amigo. Todo sucedió en un instante. Cuatro años después, un país entero se sigue preguntado qué fue de ella. Giuliana, su hermanita de tres años y ocho meses, también espera su regreso a casa. La menor no llegó a conocer a Sofía, porque desapareció cuando la madre estaba embarazada. “Ella también creció con esta búsqueda”, remarcó María Laura Delgado en cada rincón que visita. En septiembre empezó a recorrer el país con una imagen que muestra el rostro de Sofía ajustado a la edad de 7 años. Esta actualización fue encomendada por el juez de la causa a peritos de la Policía de Buenos Aires.