La organización de la final del Mundial en Brasil está en riesgo. A menos de dos años del comienzo de la Copa, el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, sostuvo que el último partido puede no realizarse en el Maracaná debido a una falta de recursos para terminar la remodelación del estadio y afrontar la organización del evento.
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La organización de la final del Mundial en Brasil está en riesgo. A menos de dos años del comienzo de la Copa, el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, sostuvo que el último partido puede no realizarse en el Maracaná debido a una falta de recursos para terminar la remodelación del estadio y afrontar la organización del evento.
Las declaraciones del mandatario surgen después de que el Congreso aprobara una ley sobre la distribución de regalías petroleras, que generará la reducción de los beneficios que obtienen los estados productores de hidrocarburos. Cabral aseguró que también podría cancelar las Olimpiadas 2016.
El gobierno de Río dejaría de recibir alrededor de 2.000 millones de dólares durante el 2013. Cifra que le reduciría la capacidad de recursos para enfrentar los gastos de la remodelación del Maracaná. Cabral explicó que si la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, no veta la ley, el gobierno provincial no tendrá recursos para la Copa y las Olimpiadas.
La aprobación de la ley producirá que los estados productores de hidrocarburos bajen su participación de 26 a 20%. En cambio las provincias que no están vinculadas a la producción del petróleo saldrán beneficiadas. Cabral aseguró que “el Congreso no tuvo solidaridad federativa. Esta norma mella nuestros ingresos al punto de perder hasta 2020 unos 5.500 millones de dólares”.
La única posibilidad de que la ley no llegue a buen puerto es que la Presidenta resuelva vetarla. Cabral considera esa alternativa y por eso sostuvo que “la presidenta ya declaró que el gobierno central respeta los contratos. Y nuestras regalías fueron pactadas con antecedencia a esta ley. Tengo confianza en ella que es una demócrata”.
Si el presupuesto de Río de Janeiro se reduce durante el 2013, la culminación de las obras para reformar el Maracaná estarán en riesgo y la final del Mundial, programada para jugarse en ese mítico estadio, deberá mudarse a una nueva sede.