Por primera vez en sus 120 años de historia, una mujer fue designada ayer presidenta de la Convención Nacional de la UCR a partir de un acuerdo entre todos los sectores del radicalismo, que sin embargo terminó con incidentes entre barras de distintos sectores partidarios.
Se trata de la exlegisladora santafesina Lilia “Lilita” Puig de Stubrin, que quedó al frente del máximo órgano partidario dentro de una lista de unidad. Como vicepresidente fue designado el dirigente chubutense Santiago “Chiche” López, exmiembro de la Conadep, impulsado por la corriente opositora encabezada por los convencionales porteños y bonaerenses que responden a Leopoldo Moreau y Federico Storani.
La “mesa chica” de la Convención quedó integrada por cinco dirigentes aliados a la conducción nacional del partido y dos a la oposición, dentro de un cuerpo más amplio que integra a 26 autoridades que, como principal objetivo, tendrá que trabajar para reformar la Carta Orgánica y definir la política de alianzas de cara a las legislativas de 2013. Justamente, el debate sobre las alianzas electorales quedó fuera de la agenda de la cumbre a fin de evitar discusiones entre la corriente cercana al socialismo y los dirigentes vinculados al PRO, luego de un año difícil para la UCR por la crisis poselectoral.
La exclusión del debate no evitó los enfrentamientos, esta vez a las trompadas, entre militantes radicales que respondían a Moreau y un grupo de manifestantes con remeras del intendente de San Isidro, Gustavo Posse.
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Por primera vez en sus 120 años de historia, una mujer fue designada ayer presidenta de la Convención Nacional de la UCR a partir de un acuerdo entre todos los sectores del radicalismo, que sin embargo terminó con incidentes entre barras de distintos sectores partidarios.
Se trata de la exlegisladora santafesina Lilia “Lilita” Puig de Stubrin, que quedó al frente del máximo órgano partidario dentro de una lista de unidad. Como vicepresidente fue designado el dirigente chubutense Santiago “Chiche” López, exmiembro de la Conadep, impulsado por la corriente opositora encabezada por los convencionales porteños y bonaerenses que responden a Leopoldo Moreau y Federico Storani.
La “mesa chica” de la Convención quedó integrada por cinco dirigentes aliados a la conducción nacional del partido y dos a la oposición, dentro de un cuerpo más amplio que integra a 26 autoridades que, como principal objetivo, tendrá que trabajar para reformar la Carta Orgánica y definir la política de alianzas de cara a las legislativas de 2013. Justamente, el debate sobre las alianzas electorales quedó fuera de la agenda de la cumbre a fin de evitar discusiones entre la corriente cercana al socialismo y los dirigentes vinculados al PRO, luego de un año difícil para la UCR por la crisis poselectoral.
La exclusión del debate no evitó los enfrentamientos, esta vez a las trompadas, entre militantes radicales que respondían a Moreau y un grupo de manifestantes con remeras del intendente de San Isidro, Gustavo Posse.