A escasos metros del puente Ceferino Velarde, situado en calle Córdoba al 2.000, en el macrocentro capitalino, una familia denunció ayer haber sido atacada y amenazada por sus vecinos y temen que suceda una desgracia.
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A escasos metros del puente Ceferino Velarde, situado en calle Córdoba al 2.000, en el macrocentro capitalino, una familia denunció ayer haber sido atacada y amenazada por sus vecinos y temen que suceda una desgracia.
“Ya hace un tiempo estamos siendo agredidos por esta gente que nos agarró bronca cuando les dijimos que no se vengan a drogar al lado de mi casa”, dijo Eugenia Díaz (61) a El Tribuno.
“El problema -siguió- es con María Acosta, quien nos vive amenazando y en esta oportunidad, como ya pasó otra vez, nos atacó con ladrillos y rompió tres parabrisas de los vehículos de mi yerno. Sin embargo, la Policía no hizo nada al respecto”.
“Esta mujer también entró a mi casa hace tres días y sacó $900 que tenía en mi monedero. Yo ya no sé qué hacer, estoy atemorizada”, afirmó la mujer.
Por su parte, Jorge Burgos, quien tiene una tapicería en el domicilio y es yerno de Díaz, aseguró a este matutino que tras la denuncia radicada por él en la comisaría 2, los efectivos trasladaron a la acusada desde la seccional hacia su domicilio.
“Es increíble lo que vi esta mañana (por ayer). Yo, que fui el damnificado, tuve que ir a radicar mi denuncia por mis medios pero, cuando volví, vi que los policías habían trasladado en un móvil a la mujer que había roto mis automóviles”, protestó.
“Hace un tiempo -agregó-, mi mujer, Zulma Cortez, fue atacada por esta gente (por sus vecinos) y sufrió una herida de gravedad en el brazo izquierdo. Mi pareja está embarazada de seis meses y yo me pregunto ¿qué es lo que hubiese pasado si en vez de haber sido apuñalada en el brazo, era en la zona del embarazo? Se lo dije a mi pareja, también a los policías y ahora se lo digo a la prensa: este problema se terminará cuando uno de nosotros esté muerto”.
Además, Burgos dijo: “Todos los días me tiran tierra y le echan agua a las sillas recién tapizadas. Perjudican mi trabajo y quieren que reaccione, pero no lo voy a hacer porque se lo prometí a mi familia”, señaló con desesperación.
Por otra parte, añadió: “Dije que no iba a volver a la cárcel, en donde estuve seis meses por defenderme de un malviviente que vino a querer robarme. Yo no quiero terminar preso nuevamente, pero espero que sea la Policía la que se encargue de brindarnos protección”, cerró el trabajador.
Por su parte, Díaz confesó que ya radicó diez denuncias en la comisaría 2 y el caso está a cargo de Gabriela González, titular de la Fiscalía Penal 4.
“Necesitamos una solución urgente, no podemos vivir de esta manera. Todos los vecinos de la zona ya tuvieron problemas con María Acosta”, enfatizó la sexagenaria.