El ciberactivista Julian Assange, fundador de Wikileaks, cumplirá mañana seis meses en la embajada en Londres de Ecuador, país que le concedió asilo dos meses después de su ingreso, el 16 de agosto, en una medida que dañó las relaciones entre ambas naciones y estancó el complicado caso judicial que enfrenta el australiano.
El gobierno del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, justificó el asilo por considerar que Assange no había recibido garantías suficientes ni del gobierno británico ni de Suecia, donde es investigado por presuntos delitos sexuales, de que no será extraditado finalmente a Estados Unidos, donde considera que su vida correría peligro.
Assange cobró fama mundial en 2010 al difundir desde WikiLeaks miles de documentos confidenciales estadounidenses sobre las guerras en Afganistán e Irak y un cuarto de millón de cables diplomáticos estadounidenses, lo cual indignó a Washington y desestabilizó la diplomacia norteamericana en todo el mundo.
El australiano sigue esperando que el Reino Unido le otorgue un salvoconducto para salir de la embajada o alguna otra solución a su situación, pues si abandonara ahora la legación diplomática los agentes británicos que la custodian lo arrestarán.
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El ciberactivista Julian Assange, fundador de Wikileaks, cumplirá mañana seis meses en la embajada en Londres de Ecuador, país que le concedió asilo dos meses después de su ingreso, el 16 de agosto, en una medida que dañó las relaciones entre ambas naciones y estancó el complicado caso judicial que enfrenta el australiano.
El gobierno del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, justificó el asilo por considerar que Assange no había recibido garantías suficientes ni del gobierno británico ni de Suecia, donde es investigado por presuntos delitos sexuales, de que no será extraditado finalmente a Estados Unidos, donde considera que su vida correría peligro.
Assange cobró fama mundial en 2010 al difundir desde WikiLeaks miles de documentos confidenciales estadounidenses sobre las guerras en Afganistán e Irak y un cuarto de millón de cables diplomáticos estadounidenses, lo cual indignó a Washington y desestabilizó la diplomacia norteamericana en todo el mundo.
El australiano sigue esperando que el Reino Unido le otorgue un salvoconducto para salir de la embajada o alguna otra solución a su situación, pues si abandonara ahora la legación diplomática los agentes británicos que la custodian lo arrestarán.
Se tensó la relación entre Londres y Ecuador
La situación tensó las relaciones entre Londres y Quito y gatilló una catarata de declaraciones cruzadas de los cancilleres, el británico William Hague y el ecuatoriano Ricardo Patiño, sobre el complicado vericueto judicial que se abrió tras el asilo.
Sobre la situación actual del caso, el analista político y catedrático ecuatoriano Hernán Reyes, citado por la agencia de noticias EFE, señaló que hay un ‘‘estancamiento de los canales diplomáticos’’.
‘‘No veo ninguna señal’’ por la vía diplomática que Estados Unidos, Reino Unido, Suecia o Australia ‘‘estén haciendo nada para que cambie el escenario’’ por lo que el tiempo que puede pasar en la legación es indeterminado, dijo, tras subrayar que Ecuador ‘‘es el único que ha hecho y sigue haciendo lo que debe hacer’’.
En tanto, el catedrático y analista político Eduardo Santos dijo que el caso de Assange demostró ‘‘que hay en América del Sur un renacimiento de utopías con tintes muy variados ideológico y políticos’’ con aires socialistas, unos ‘‘muy radicales, antiimperialistas’’ y otros ‘‘con un perfume socialdemócrata’’.
Para Santos, Ecuador ‘‘quedó fortalecido’’ con su decisión de otorgarle asilo político a Assange, pues por esta vía ‘‘hizo respetar los principios universales del derecho internacional’’.
El caso desató una polémica en torno al tema de la libertad de expresión, pues Assange alega ser perseguido por ‘‘publicar la verdad’’ y pidió asilo en Ecuador, país donde organizaciones que nuclean poderosas empresas de prensa aseguran que la libertad de expresión ‘‘está amenazada’’, algo que Correa rechaza.
Mientras se mantiene la polémica en torno a WikiLeaks y Assange, su abogado, el ex juez español Baltasar Garzón, dijo en noviembre que el ex hacker australiano ‘‘está peor que en una prisión’’ en la embajada, pero no se arrepiente de refugiarse en ella.
‘‘En un centro penitenciario tienes unas posibilidades de comunicación, de movilidad, incluso de beneficios que Julian Assange no tiene’’, aseveró Garzón.
Assange anunció en el perfil que WikiLeaks posee en twitter que hablará en público el próximo jueves desde la legación ecuatoriana en la capital británica, para marcar así sus seis meses de asilo.
Otro mensaje del portal digital en Twitter informó que el periodista transmitirá un mensaje navideño ese día frente a la embajada ecuatoriana, e invitó a los seguidores del australiano a asistir abrigados y portar velas durante el encuentro.