“Esto lo hacían cada seis meses” señalaron desde el sindicato. En este marco es que la Unión Ferroviaria exigió la quita de la concesión a la empresa TBA y la conformación de una “comisión investigadora independiente” del Gobierno nacional ante la responsabilidad en los controles que correspondían.
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“Esto lo hacían cada seis meses” señalaron desde el sindicato. En este marco es que la Unión Ferroviaria exigió la quita de la concesión a la empresa TBA y la conformación de una “comisión investigadora independiente” del Gobierno nacional ante la responsabilidad en los controles que correspondían.
Desde el espacio gremial apuntaron contra la empresa concesionaria señalando diversas anormalidades. De acuerdo a la Unión Ferroviaria, en la misma estación de la tragedia, TBA autorizó la construcción de un quiosco de golosinas con materiales endebles, que fue ubicado encima de los paragolpes del andén número 4. “Si el accidente hubiese sido allí, el desastre hubiese sido mayor”, dijeron. Asimismo, el vocero gremial explicó que “los paragolpes se ven muy pintados, muy brillantes por afuera pero adentro tienen que tener una cierta carga de agua a presión que los hace retroceder, para mitigar el golpe”.
En este sentido, aclaró que “está más que claro que no funcionaban y que el tren se pegó contra una pared”. Cabe recordar que cuando aún faltaban 40 metros para el topetazo en Once, el tren que manejaba Marcos Antonio Córdoba iba a 20 kilómetros por hora, según señaló el mismo secretario de Transportes de la Nación, Juan Pablo Schiavi, lo que suma un dato importante porqué el tren no soportó el topetazo además del funcionamiento nulo de los frenos que el mismo maquinista reconoció.
Desde la Unión Ferroviaria adelantaron que “el peritaje señalará esa grave falla en los sistemas” y afirmaron que lo que dicen “es algo fácil de comprobar, en cuanto al tiempo que hace que no se realiza ese chequeo”.
Finalmente, la Unión Ferroviaria exigió la formación de una comisión investigadora independiente.