Entre la noche del miércoles y la mañana del jueves, con apenas 12 horas de diferencia, se sucedieron en la Puna salteña tres sismos de cierta magnitud, con epicentros entre las localidades de Olacapato y San Antonio de los Cobres, en el departamento Los Andes.
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Entre la noche del miércoles y la mañana del jueves, con apenas 12 horas de diferencia, se sucedieron en la Puna salteña tres sismos de cierta magnitud, con epicentros entre las localidades de Olacapato y San Antonio de los Cobres, en el departamento Los Andes.
El primero, de 4,5 grados, fue reportado por el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) a las 21.01 del miércoles a una profundidad de 192 kilómetros.
El segundo, de 3 grados, fue registrado a las 21.46 del mismo miércoles a una profundidad de 234 kilómetros.
El tercero, de 3,4 grados, se produjo a las 9.25 del jueves a una profundidad de 198 kilómetros.
Por las profundidades en que se originaron los eventos, las devastadoras fuerzas que liberó la tensionada corteza llegaron disipadas a la superficie, de modo que los movimientos de la tierra apenas fueron perceptibles en las poblaciones de la zona. Esta sucesión de sismos podría parecer algo excepcional, pero científicos que trabajan desde hace cinco años en el proyecto Puna Delamination (Pudel) descubrieron que la región andina y el Valle de Lerma tiemblan mucho más de lo que siempre se creyó.
No es casual que el renombrado centro de investigaciones geocientíficas que tiene Alemania en la ciudad de Potsdam (el GFZ) haya elegido a San Antonio de los Cobres, en el oeste salteño, como sitio estratégico para la instalación del primer observatorio permanente de la red sismográfica global Geofon en la Argentina.
A ese fin, la organización científica alemana que opera la citada red donó un equipamiento de la más avanzada tecnología, que incluye un sensor de tres componentes y un acelerógrafo para registrar los movimientos sísmicos en toda la región.
Los equipos llegaron a Salta hace un año y quedaron bajo la guarda del doctor en geología Ricardo Alonso (UNSa), en espera de que el Inpres complete los pasos que están pendientes para poder instalar la estación sismográfica.
El sitio de emplazamiento ya fue definido en una estribación ubicada dos kilómetros al oeste de la principal población del departamento Los Andes, donde solo resta la ejecución de un pequeño túnel de dos metros de diámetro por cinco metros de profundidad y una pequeña base de hormigón para que la estación sísmica pueda comenzar a operar con fuentes de energía solar y transmisión de registros en tiempo real, a todo el mundo, vía satélite.
La moderna central que operará el Inpres por comandos remotos será la primera de cuatro estaciones de su tipo previstas en el país.
Tres estaciones en espera
El GFZ alemán aguarda la puesta en servicio de la estación salteña para enviar a la Argentina equipos para otras tres centrales semejantes: la próxima se emplazaría en la Puna catamarqueña y las dos restantes, en áreas cordilleranas localizadas más al sur.
Con esta red, además de precisos e inmediatos reportes, podrá contarse con una suerte de tomografía computada sobre las características geodinámicas de la Puna y los valles adyacentes, un conocimiento más profundo de las fallas activas e inactivas y el comportamiento de los sismos locales. Todo esto, en una provincia calificada con grado 3 (alto riesgo sísmico), no es un tema menor. Como bien aclaran los investigadores que trabajan en el tema, aún no existe manera de predecir el momento en que ocurrirá un sismo (el cuándo), pero se puede y se debe diferenciar las zonas de riesgos (el dónde).
Este trabajo científico resulta fundamental, a su vez, para un mejor conocimiento, una mayor concientización y una adecuada planificación de medidas preventivas.
El subsecretario de Defensa Civil de la Provincia, Gustavo Paul, y el nuevo intendente de San Antonio de los Cobres, Leopoldo Salva, parecen haber comprendido esta necesidad y comprometieron apoyos de ambas partes para apurar la puesta en servicio de la estación sísmica.
“Vamos a poner todo el esfuerzo que esté a nuestro alcance para apoyar este proyecto científico. No nos interesa saber por qué se demoró ni cuestionar a nadie. Hay que meterle para adelante”, manifestó el jefe comunal. Estos gestos fueron destacados por los científicos, quienes el pasado miércoles volvieron a demarcar el sitio donde se necesita el túnel de instalación. El Tribuno acompañó en ese viaje a Benjamín Heit y Ricardo Alonso, los dos geólogos salteños que trabajan en el proyecto Pudel, junto a otros investigadores argentinos, alemanes, estadounidenses, chinos y chilenos desde 2007. Heit está radicado desde hace 17 años en Alemania, donde se doctoró en geofísica y fue incorporado al equipo científico del GFZ.