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Entre 100 y 400 pesos por día

Domingo, 08 de abril de 2012 22:17
Los jóvenes confesaron que muchas veces para poder comprar más dosis de paco deben salir a robar.

“Esto es así. Al tubo se le pone la virulana para hacer de filtro y en la punta va la pasta base”, ilustra el de los dos aritos en la misma oreja antes de fumar. El de la camiseta del cuadro español, mientras tanto, explica por qué tienen las manos negras. “Las manos quedan así por la virulana, que uno la pica para meterla adentro del tubito. Por eso cuando la Policía te pilla te ven las manos y te hacen cagar”, cuenta.

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Los jóvenes confesaron que muchas veces para poder comprar más dosis de paco deben salir a robar.

“Esto es así. Al tubo se le pone la virulana para hacer de filtro y en la punta va la pasta base”, ilustra el de los dos aritos en la misma oreja antes de fumar. El de la camiseta del cuadro español, mientras tanto, explica por qué tienen las manos negras. “Las manos quedan así por la virulana, que uno la pica para meterla adentro del tubito. Por eso cuando la Policía te pilla te ven las manos y te hacen cagar”, cuenta.

Los chicos dicen que la cantidad de paco que consumen “depende de lo que uno rescate de la calle”. El chico del Madrid dice que “se sale a robar, por lo general”. Cuentan que pueden pagan hasta $20 por un gramo de pasta base. El que fumaba en el arbusto parece ser más grande que el resto y cuenta que fuma desde que tiene 12 años. Otro dice que probó por primera vez hace tres años y el de la camiseta suplente revela que es adicto hace cuatro. Todos coinciden en que gastan entre 100 y 400 pesos diarios en “pasta base”.

Según la Dirección General de Inclusión y Militancia Social de la Municipalidad capitalina, entre las personas adictas que pidieron ayuda en 2011, el 53% de los consumidores cargaba delitos penales.

“Las madres sufren porque nosotros nos drogamos, porque no comemos o porque estamos en la calle”, dice el que fumaba hace segundos en el arbusto. “Se comen el cerebro pensando en qué le pasa a uno. Piensan y piensan, pero les hace más mal a ellos”, esboza el del Madrid. “Ellos se preocupan porque estamos en la calle con lluvia y sin volver a la casa para comer. Se preguntan si estaremos bien”, cuentan.

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