Francois Hollande se convertirá mañana en el segundo presidente socialista de Francia y enseguida viajará a Alemania para una esperada cumbre con la canciller Angela Merkel que podría determinar el porvenir de Europa en medio de su peor crisis económica en décadas.
En una larga jornada, Hollande asumirá la Presidencia, develará el nombre de su primer ministro y realizará varios homenajes antes de volar a Berlín para discutir con Merkel, por primera vez cara a cara, la política de ajuste fijada por Alemania para superar la crisis de deuda de la zona euro.
Hollande, de 57 años, ganó las elecciones con la promesa de mitigar el ajuste y complementarlo con medidas de estímulo del crecimiento, y su reunión con Merkel podría derivar en un cambio o una corrección del rumbo, aunque también en una diferencia irreconciliable entre las dos mayores economías de Europa.
El socialista pretende convencer a la líder conservadora de reformar un reciente pacto fiscal firmado a instancias de su predecesor, Nicolas Sarkozy, y de Merkel para limitar el gasto público, pero la gobernante germana insiste en que no lo aceptará.
Políticamente, los líderes llegan en momentos muy distintos. Ganador en Francia pese a que Merkel y otros líderes europeos apoyaron a Sarkozy, Hollande llega respaldado no sólo por su triunfo sino además por un creciente rechazo del ciudadano europeo al ajuste como receta única anti-crisis, que se reflejó también en recientes elecciones en Grecia, Italia y el Reino Unido.
Merkel, en cambio, parece cada vez más aislada en su defensa de la austeridad y las reformas neoliberales, y ayer quedó aún más debilitada luego de que su partido perdiera unos comicios en el estado federado más poblado de Alemania considerados un referendo sobre su gestión y sus políticas de austeridad.
Merkel calificó hoy su derrota de ‘‘amarga y dolorosa’’, pero dijo que el resultado no cambia su visión de que el rigor fiscal es el mejor camino para sacar adelante a Europa.
‘‘Esto no afecta la labor en Europa. No hay contradicción entre una política de gasto sólida y crecimiento’’, sostuvo la dama fuerte de Europa, según informó la agencia de noticias DPA.
Hollande, quien cuenta con el respaldo de varios responsable europeos, necesita acercar posiciones con Alemania de cara a la reunión informal del Consejo europeo del 23 de mayo.
“Normalmente, un presidente es juzgado al final de su mandato, pero mucho dependerá de lo que haga en los primeros meses. Tenemos delante nuestro semanas muy exigentes“, reconoció el presidente electo a la prensa la semana pasada en declaraciones a días de su esperada asunción de mañana.
En una cuidada ceremonia rodeada de un estricto protocolo, Sarkozy recibirá a Hollande en el Elíseo para una transmisión de poder que el socialista afirmo será ôsobria“ y ôsimbólica“ de lo que quiere sea su mandato.
Sarkozy le presentará a Hollande la situación del país y, entre otros temas a tratar, le transmitirá los códigos secretos nucleares. Más tarde, el nuevo presidente realizará un discurso, precedido de 21 salvas de camión, en el Hotel de los Inválidos.
El primer acto de gobierno de Hollande será nombrar al secretario general de la Presidencia -Pierre René Lemas es el favorito según la prensa francesa-, quien por la tarde anunciará a su vez el nombre del primer ministro.
Después de la ceremonia de investidura, Hollande y su novia y primera dama la periodista política Match Valérie Triweiller se dirigirán al Arco del Triunfo para un homenaje a los soldados caídos por Francia y recorrerá la coqueta avenida de Champs-Elysées a bordo de un Citroën DS5 híbrido y descapotable, el auto de industria francesa que escogió para su asunción.
Luego del mediodía, y después de otros homenajes, Hollande honrará otra tradición y será recibido en la Alcaldía de París por el alcalde socialista Bertrand Delanoe, y el PS promete armar allí una fiesta para celebrar la llegada al poder del segundo presidente socialista después de Francois Miterrand (1981-1995).
Una hora después, se dará a conocer el nombre del primer ministro y Hollande se trasladará a Berlín para reunirse con Merkel, donde ambos mandatarios cumplirán con su esperada reunión de trabajo y posteriormente brindar una conferencia de prensa conjunta.
Entre tanto, las especulaciones continúan en torno a los dos máximos favoritos a encabezar el gabinete y dirigir la política interior francesa, Jean-Marc Ayrault, responsable de la bancada socialista en diputados, y Martine Aubry, la primera secretaria del PS y derrotada por Hollande en la interna partidaria.
El PS mantiene el hermetismo en torno a la conformación del gobierno, pero para los observadores el mejor posicionado es Ayrault, de 61 años e íntimo amigo de Hollande, pese a que la mayoría de los franceses prefiere a Aubry, según las encuestas.
Por su parte, Aubry podría ser nombrada titular de un Ministerio que reagruparía Educación, Juventud, Deportes y Diversidad.
El miércoles, después del mediodía, se dará a conocer el resto de los integrantes del gobierno. Según diversos analistas, Hollande contará con un gobierno de una treintena de ministros y secretarios de Estado. El socialista había anticipado que la paridad entre hombres y mujeres será la norma de su gobierno.
Hollande, que propone gravar con un impuesto el 75% de los ingresos de quienes ganan más de un millón de euros por año, prometió que él y sus ministros cobrarán un 30% menos. Así, el salario de un ministro bajará de 14.000 a 11.000 euros.
El traspaso de mando tendrá lugar justo un año después del arresto del dirigente y economista socialista francés Dominique Strauss-Kahn, inculpado por intento de violación en Nueva York, y meses después de proxenetismo y violación en Francia.
La caída del ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI) y preferido por los socialistas para la primaria de octubre 2011, allanó el camino de Hollande al poder.
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Francois Hollande se convertirá mañana en el segundo presidente socialista de Francia y enseguida viajará a Alemania para una esperada cumbre con la canciller Angela Merkel que podría determinar el porvenir de Europa en medio de su peor crisis económica en décadas.
En una larga jornada, Hollande asumirá la Presidencia, develará el nombre de su primer ministro y realizará varios homenajes antes de volar a Berlín para discutir con Merkel, por primera vez cara a cara, la política de ajuste fijada por Alemania para superar la crisis de deuda de la zona euro.
Hollande, de 57 años, ganó las elecciones con la promesa de mitigar el ajuste y complementarlo con medidas de estímulo del crecimiento, y su reunión con Merkel podría derivar en un cambio o una corrección del rumbo, aunque también en una diferencia irreconciliable entre las dos mayores economías de Europa.
El socialista pretende convencer a la líder conservadora de reformar un reciente pacto fiscal firmado a instancias de su predecesor, Nicolas Sarkozy, y de Merkel para limitar el gasto público, pero la gobernante germana insiste en que no lo aceptará.
Políticamente, los líderes llegan en momentos muy distintos. Ganador en Francia pese a que Merkel y otros líderes europeos apoyaron a Sarkozy, Hollande llega respaldado no sólo por su triunfo sino además por un creciente rechazo del ciudadano europeo al ajuste como receta única anti-crisis, que se reflejó también en recientes elecciones en Grecia, Italia y el Reino Unido.
Merkel, en cambio, parece cada vez más aislada en su defensa de la austeridad y las reformas neoliberales, y ayer quedó aún más debilitada luego de que su partido perdiera unos comicios en el estado federado más poblado de Alemania considerados un referendo sobre su gestión y sus políticas de austeridad.
Merkel calificó hoy su derrota de ‘‘amarga y dolorosa’’, pero dijo que el resultado no cambia su visión de que el rigor fiscal es el mejor camino para sacar adelante a Europa.
‘‘Esto no afecta la labor en Europa. No hay contradicción entre una política de gasto sólida y crecimiento’’, sostuvo la dama fuerte de Europa, según informó la agencia de noticias DPA.
Hollande, quien cuenta con el respaldo de varios responsable europeos, necesita acercar posiciones con Alemania de cara a la reunión informal del Consejo europeo del 23 de mayo.
“Normalmente, un presidente es juzgado al final de su mandato, pero mucho dependerá de lo que haga en los primeros meses. Tenemos delante nuestro semanas muy exigentes“, reconoció el presidente electo a la prensa la semana pasada en declaraciones a días de su esperada asunción de mañana.
En una cuidada ceremonia rodeada de un estricto protocolo, Sarkozy recibirá a Hollande en el Elíseo para una transmisión de poder que el socialista afirmo será ôsobria“ y ôsimbólica“ de lo que quiere sea su mandato.
Sarkozy le presentará a Hollande la situación del país y, entre otros temas a tratar, le transmitirá los códigos secretos nucleares. Más tarde, el nuevo presidente realizará un discurso, precedido de 21 salvas de camión, en el Hotel de los Inválidos.
El primer acto de gobierno de Hollande será nombrar al secretario general de la Presidencia -Pierre René Lemas es el favorito según la prensa francesa-, quien por la tarde anunciará a su vez el nombre del primer ministro.
Después de la ceremonia de investidura, Hollande y su novia y primera dama la periodista política Match Valérie Triweiller se dirigirán al Arco del Triunfo para un homenaje a los soldados caídos por Francia y recorrerá la coqueta avenida de Champs-Elysées a bordo de un Citroën DS5 híbrido y descapotable, el auto de industria francesa que escogió para su asunción.
Luego del mediodía, y después de otros homenajes, Hollande honrará otra tradición y será recibido en la Alcaldía de París por el alcalde socialista Bertrand Delanoe, y el PS promete armar allí una fiesta para celebrar la llegada al poder del segundo presidente socialista después de Francois Miterrand (1981-1995).
Una hora después, se dará a conocer el nombre del primer ministro y Hollande se trasladará a Berlín para reunirse con Merkel, donde ambos mandatarios cumplirán con su esperada reunión de trabajo y posteriormente brindar una conferencia de prensa conjunta.
Entre tanto, las especulaciones continúan en torno a los dos máximos favoritos a encabezar el gabinete y dirigir la política interior francesa, Jean-Marc Ayrault, responsable de la bancada socialista en diputados, y Martine Aubry, la primera secretaria del PS y derrotada por Hollande en la interna partidaria.
El PS mantiene el hermetismo en torno a la conformación del gobierno, pero para los observadores el mejor posicionado es Ayrault, de 61 años e íntimo amigo de Hollande, pese a que la mayoría de los franceses prefiere a Aubry, según las encuestas.
Por su parte, Aubry podría ser nombrada titular de un Ministerio que reagruparía Educación, Juventud, Deportes y Diversidad.
El miércoles, después del mediodía, se dará a conocer el resto de los integrantes del gobierno. Según diversos analistas, Hollande contará con un gobierno de una treintena de ministros y secretarios de Estado. El socialista había anticipado que la paridad entre hombres y mujeres será la norma de su gobierno.
Hollande, que propone gravar con un impuesto el 75% de los ingresos de quienes ganan más de un millón de euros por año, prometió que él y sus ministros cobrarán un 30% menos. Así, el salario de un ministro bajará de 14.000 a 11.000 euros.
El traspaso de mando tendrá lugar justo un año después del arresto del dirigente y economista socialista francés Dominique Strauss-Kahn, inculpado por intento de violación en Nueva York, y meses después de proxenetismo y violación en Francia.
La caída del ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI) y preferido por los socialistas para la primaria de octubre 2011, allanó el camino de Hollande al poder.